CIUDAD DEL VATICANO, jueves 12 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI aseguró hoy que los judíos y los católicos pueden colaborar mucho más que en mera acción social, pues comparten una visión de la persona y su dignidad otorgada por Dios.
Lo afirmó al recibir hoy en audiencia a una delegación de la B’nai B’rith International, asociación judía mundial de acción social, que está implicada en el diálogo entre católicos y judíos.
El Papa se dirigió a los miembros de esta organización, apreciando su “activa participación” en el encuentro del International Catholic-Jewish Liaison Committee, celebrado en París a finales de febrero.
El encuentro de París “afirmó el deseo de católicos y judíos de salir juntos al encuentro de los inmensos desafíos que afrontan nuestras comunidades en un mundo rápidamente cambiante y, de forma significativa, nuestro deber religioso compartido de combatir la pobreza, la injusticia, la discriminación y la negación de derechos humanos universales”.
Sin embargo, el entendimiento entre judíos y católicos podría ser aún mucho más amplio, sugirió el Papa.
“Hay muchas formas en las que judíos y cristianos pueden cooperar para mejorar el mundo de acuerdo con la voluntad del Todopoderoso por el bien de la humanidad”, destacó.
En este sentido, destacó dos cuestiones, la dignidad de la persona y el papel de la religión en la sociedad.
Respecto a la primera, afirmó que “una de las cosas más importantes que podemos hacer juntos es la de dar testimonio común de nuestra profunda creencia de que todo hombre y toda mujer es creado a la imagen divina y por ello posee una dignidad inviolable”.
“Esta convicción sigue siendo la base más segura de todo esfuerzo por defender y promover los derechos inalienables de cada ser humano”.
En segundo lugar, subrayó la importancia, ya manifestada en una reunión en Jerusalén en marzo pasado entre delegaciones del Gran Rabinato de Israel y la Comisión de la Santa Sede para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo, sobre el papel de la religión en la sociedad.
Es necesario, afirmó, “promover una profunda comprensión del papel de la religión en nuestras sociedades actuales como un correctivo hacia una visión de la persona humana y de la coexistencia social puramente horizontal y, en consecuencia, truncada”.
“La vida y la obra de todos los creyentes debería ofrecer un testimonio constante de lo trascendente, apuntar a las realidades invisibles que están por encima de nosotros, y encarnar la convicción de que una Providencia amorosa y compasiva guía el resultado final de la historia, no importa cuán difícil y amenazador pueda parecer a veces el viaje durante el camino”.
Por último, el Pontífice subrayó significativamente la importancia de “lo sucedido en los últimos cuarenta años”, desde la Nostra Aetate.
El nivel actual de diálogo entre judíos y católicos, subrayó el Papa, “debe ser visto como un gran don del Señor y como una razón de honda gratitud hacia Aquel que guía nuestros pasos con su sabiduría infinita y eterna”.
B'nai B'rith International (que significa en hebreo “Hijos de la Alianza”) es la organización judía de acción social más antigua que existe actualmente, pues fue fundada en 1843 en la ciudad de Nueva York, en ayuda de los judíos que entonces no tenían patria propia.