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sábado, 18 de marzo de 2023

La observancia del Domingo como respuesta Politica a la expansion del Cristianismo en Occidente

La defensa teológica del sábado frente a la observancia sociocultural del domingo en el cristianismo

Introducción

El debate sobre si el sábado o el domingo debe ser el día de adoración en el cristianismo ha sido un tema de discusión a lo largo de la historia de la Iglesia. La mayoría de los cristianos hoy en día observan el domingo como su día de adoración. Sin embargo, un análisis cuidadoso de las Escrituras y la historia del cristianismo sugiere que el sábado tiene una base teológica más sólida como día de adoración. Este ensayo defenderá la observancia del sábado desde una perspectiva teológica, en contraposición a la observancia del domingo como respuesta sociocultural posterior.

I. La observancia del sábado en la Biblia

El Antiguo Testamento establece el sábado como día de reposo y adoración. El mandamiento de guardar el sábado se encuentra en el Decálogo (Éxodo 20:8-11; Deuteronomio 5:12-15) (Alter, 2004). Dios consagró el séptimo día y lo estableció como un día especial de reposo y adoración (Génesis 2:2-3).

En el Nuevo Testamento, Jesucristo y sus discípulos también observaron el sábado. Jesús asistía a la sinagoga en sábado (Lucas 4:16) y afirmó ser "Señor del sábado" (Mateo 12:8). Además, los Hechos de los Apóstoles registran a Pablo y sus compañeros predicando en sinagogas en sábado (Hechos 13:14, 13:42-44, 16:13, 17:2, 18:4) (Dunn, 1996).

II. La influencia sociocultural y política en la adopción del domingo

El cambio del sábado al domingo como día de adoración en el cristianismo temprano fue una respuesta a las circunstancias políticas y sociales en lugar de razones teológicas (Stark, 1997). Los cristianos buscaban distinguirse de las prácticas y creencias judías para evitar la persecución y establecer una identidad única en el contexto del Imperio Romano (MacMullen, 1984).

La adopción del domingo como día de adoración también puede estar relacionada con la influencia de la cultura romana y la veneración del Sol Invictus (Rives, 1999). La asociación del domingo con la resurrección de Jesucristo también contribuyó a la popularización del domingo como día de adoración cristiana (Bauckham, 1988).

III. La falta de argumentos teológicos sólidos para la observancia del domingo

Documentos cristianos tempranos como la Carta de Ignacio de Antioquía a los Magnesios (Ignacio de Antioquía, circa 107 d.C.) y la Epístola de Bernabé (escrita entre 70-132 d.C.) abogan por la observancia del domingo en lugar del sábado. Sin embargo, no proporcionan argumentos teológicos sólidos para el cambio, sino que apuntan a la necesidad de distinguirse del judaísmo.

La autoridad católica romana y las decisiones políticas tomadas en el contexto del Imperio Romano influyeron en la adopción del domingo como día de adoración, en lugar de argumentos teológicos sólidos (Chadwick, 1993). El emperador Constantino desempeñó un papel clave en la consolidación del cristianismo y la observancia del domingo a través de su legislación sobre el reposo dominical en 321 d.C. (Barnes, 1982).

IV. El papel de la tradición en la observancia del domingo

La importancia de la tradición en la Iglesia primitiva contribuyó a la aceptación del domingo como día de adoración. Padres de la Iglesia como Justino Mártir (100-165 d.C.) y Tertuliano (155-240 d.C.) también defendieron la observancia del domingo en sus escritos, aunque no proporcionaron justificaciones teológicas sólidas (Justino Mártir, 155 d.C.; Tertuliano, 197 d.C.).

El papel de la tradición en la Iglesia primitiva también se evidencia en los concilios ecuménicos, como el Concilio de Nicea en 325 d.C., donde se discutieron y formalizaron aspectos de la fe cristiana, incluida la observancia del domingo (Aland, 1989).

Existen varias fuentes católicas que admiten que el cambio del sábado al domingo como día de adoración en el cristianismo se debió a la autoridad de la Iglesia, la tradición y factores políticos. Algunas de estas fuentes incluyen:

  1. Catecismo de la Iglesia Católica (1994): En el Catecismo de la Iglesia Católica, el domingo es mencionado como el día del Señor en lugar del sábado. La Iglesia sostiene que la resurrección de Jesucristo ocurrió en domingo y, por lo tanto, ese día fue escogido para su adoración. Este cambio es atribuido a la autoridad de la Iglesia y la tradición (números 2174-2176).
  2. El cardenal James Gibbons, en su libro "The Faith of Our Fathers" (1876), señala que el cambio del sábado al domingo no se basa en la autoridad de las Escrituras, sino en la tradición y la autoridad de la Iglesia Católica: "Podéis leer la Biblia desde el Génesis hasta el Apocalipsis, y no encontraréis una sola línea que autorice la santificación del domingo. Las Escrituras hacen cumplir la observancia religiosa del sábado" (p. 111).
  3. Thomas Aquinas, uno de los teólogos más prominentes de la Iglesia Católica, en su obra "Summa Theologiae" (1265-1274), aborda la cuestión del cambio del sábado al domingo en la sección II-II, q. 122, a. 4. Aquino sostiene que la observancia del domingo fue establecida por la Iglesia y se basa en la autoridad apostólica.
  4. El Concilio de Laodicea (364 d.C.) fue un concilio regional de la Iglesia que, en su Canon 29, prohibió a los cristianos guardar el sábado judío y estableció que se debía honrar el domingo como el día del Señor. Este canon refleja cómo la Iglesia influyó en el cambio del sábado al domingo mediante su autoridad y tradición.
Aquí se presentan declaraciones explícitas de los fundadores de algunas de las principales denominaciones protestantes sobre la cuestión del sábado y el domingo:

Martin Lutero (luteranismo): En el "Catecismo Menor de Lutero" (1529), Lutero aborda la cuestión del día de reposo al explicar el tercer mandamiento. Aunque reconoce que el sábado es el día de reposo bíblico, Lutero sostiene que los cristianos no están obligados a observarlo y que el domingo es un día adecuado para el culto:

"Debemos santificar el día de reposo; es decir, aunque no observamos el sábado como lo hacían los judíos, debemos sin embargo no trabajar y asistir a la predicación de la Palabra de Dios" (Pregunta 77).

Juan Calvino (calvinismo): En su "Institución de la Religión Cristiana" (1536), Calvino trata el tema del día de reposo. Aunque Calvino no considera que los cristianos estén obligados a guardar el sábado, sostiene que la observancia del domingo es importante para promover la adoración pública y la instrucción en la fe:

"El fin del sábado es el que debemos tener siempre ante nuestros ojos, es decir, que haya un día en el que nos reunamos para escuchar la doctrina, celebrar los sacramentos y dar gracias públicamente a Dios por todos sus beneficios" (Libro II, Capítulo 8, Sección 34).

John Wesley (metodismo): En sus "Explanatory Notes Upon the New Testament" (1754), Wesley comenta sobre Hechos 20:7, un pasaje que menciona el culto de los cristianos el primer día de la semana. Aunque Wesley no ofrece una justificación explícita para el cambio del sábado al domingo, parece aceptar la práctica de la Iglesia primitiva como base para la observancia del domingo:

"El primer día de la semana - Así empezaron los cristianos a distinguirse de los judíos" (Comentario sobre Hechos 20:7).

Roger Williams (bautismo): Roger Williams, uno de los primeros líderes bautistas en América, en su obra "The Bloody Tenent of Persecution" (1644), argumenta que la observancia del sábado no se impone a los cristianos bajo el Nuevo Testamento y que el domingo es un día apropiado para el culto, aunque no encuentra una justificación bíblica para el cambio:

"El cambio del sábado al primer día de la semana no proviene de ninguna ordenanza ni de ningún precepto del Señor, sino de la práctica apostólica" (Capítulo 81).

Estas declaraciones de los fundadores de las principales denominaciones protestantes reflejan diferentes perspectivas sobre la cuestión del sábado y el domingo. Aunque en su mayoría aceptan la observancia del domingo como día de reposo y culto, también reconocen que el cambio no se basa en una autoridad bíblica explícita.

V. La defensa teológica del sábado y su relevancia en la actualidad

La defensa teológica del sábado se basa en la enseñanza bíblica y en la práctica de Jesucristo y sus discípulos. El sábado es un recordatorio de la creación y el pacto de Dios con su pueblo (Éxodo 31:12-17).

La relevancia de la observancia del sábado en la actualidad es un llamado a la reflexión sobre la importancia de la adoración y el reposo en la vida de los creyentes. La observancia del sábado puede servir como un recordatorio de la necesidad de dedicar tiempo a Dios y de encontrar un equilibrio en nuestras vidas (Mulder, 2011).

Conclusión

La defensa teológica del sábado como día de adoración se basa en la enseñanza bíblica tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, así como en la práctica de Jesucristo y sus discípulos (Éxodo 20:8-11; Lucas 4:16; Hechos 13:14, 42-44). Por otro lado, la adopción del domingo como día de adoración en el cristianismo temprano fue impulsada en gran medida por influencias socioculturales y políticas, en lugar de razones teológicas (Ignacio de Antioquía, Carta a los Magnesios, 9.1; Justino Mártir, Primera Apología, 67).

La observancia del domingo como día de culto y adoración cristianos puede considerarse una declaración silenciosa de obediencia y autoridad de la Iglesia de Roma, que el protestantismo acepta muy a su pesar. Aunque renombrados teólogos protestantes como Lutero, Calvino y Wesley han intentado hacer una defensa bíblica del cambio, no existe evidencia teológica sólida que justifique la observancia de un día diferente al sábado bíblico (Lutero, Catecismo Menor, Pregunta 77; Calvino, Institución de la Religión Cristiana, Libro II, Capítulo 8, Sección 34; Wesley, Explanatory Notes Upon the New Testament, comentario sobre Hechos 20:7).

La evidencia para la observancia del domingo se basa en gran medida en los escritos de los padres de la iglesia de los siglos II y III, como Ignacio de Antioquía y Justino Mártir, cuyo carácter e influencia en la iglesia de Occidente pudo haber sido la razón principal para hacerse más populares, granjearse el favor de los líderes políticos de su época y aumentar su poder e influencia entre paganos y cristianos.

No solo el domingo, pero otras doctrinas como la inmortalidad del alma, la intercesión de los santos, la veneración de imágenes y reliquias, el ministerio sacerdotal masculino, la transubstanciación y el purgatorio, entre otras, son tradiciones heredadas del paganismo que fueron cristianizadas de forma casi imperceptible a medida que el cristianismo se popularizaba (Samuele Bacchiocchi, From Sabbath to Sunday, 1977; Philip Schaff, History of the Christian Church, Vol. 3, 1910).

Con el poder militar y político de su lado en el siglo IV, tras la conversión del emperador Constantino y la adopción del cristianismo como religión oficial del Imperio Romano, la Iglesia de Roma persiguió y reprimió otras formas de cristianismo que diferían del "cristianismo ortodoxo occidental" (Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiástica, Libro III, Capítulo 31).

Hacia el siglo X / XI, los otros cristianismos habían sido perseguidos y casi exterminados, muchos por protestar en contra de los abusos de poder de la Iglesia de Roma y las falsas doctrinas que enseñaba como verdades apostólicas sin fundamento bíblico (PhilipSchaff, History of the Christian Church, Vol. 4, 1910; Henry C. Sheldon, History of Christian Doctrine, Vol. 2, 1886).

En resumen, la defensa teológica del sábado como día de adoración es más sólida y en línea con las Escrituras que la observancia del domingo como respuesta sociocultural posterior. La observancia del domingo se originó en un intento de distinguirse del judaísmo y adaptarse al contexto del Imperio Romano (Bacchiocchi, From Sabbath to Sunday, 1977; Schaff, History of the Christian Church, Vol. 3, 1910).

A lo largo de la historia, las tradiciones y las creencias paganas se infiltraron en la Iglesia, diluyendo y transformando las enseñanzas originales del cristianismo apostólico. A medida que el cristianismo se fusionaba con la cultura y la política romanas, la Iglesia de Roma adoptó prácticas y doctrinas que no tenían fundamento bíblico, incluida la observancia del domingo. Esto condujo a la persecución y la supresión de aquellos que se aferraban a las enseñanzas bíblicas originales y rechazaban las innovaciones no bíblicas.

Bibliografia que puedes consultar:

Aland, K. (1989). A History of Christianity: From the Beginnings to the Threshold of the Reformation. Fortress Press.

Alter, R. (2004). The Five Books of Moses: A Translation with Commentary. W. W. Norton & Company.

Barnes, T. D. (1982). Constantine and Eusebius. Harvard University Press.

Bauckham, R. (1988). From Sabbath to Lord's Day: A Biblical, Historical and Theological Investigation. Wipf and Stock Publishers.

Chadwick, H. (1993). The Early Church. Penguin Books.

Dunn, J. D. G. (1996). The Acts of the Apostles. Eerdmans.

Ignacio de Antioquía. (circa 107 d.C.). Carta a los Magnesios.

Justino Mártir. (155 d.C.). Primera Apología.

MacMullen, R. (1984). Christianizing the Roman Empire (A.D. 100-400). Yale University Press.

Mulder, J. (2011). The Sabbath: A Brief History. Westminster John Knox Press.

Rives, J. (1999). Religion in the Roman Empire. Wiley-Blackwell.

Stark, R. (1997). The Rise of Christianity: A Sociologist Reconsiders History. Princeton University Press.

Tertuliano. (197 d.C.). De Oratione.

Fuentes bíblicas:

Éxodo 20:8-11

Deuteronomio 5:12-15

Génesis 2:2-3

Lucas 4:16

Mateo 12:8

Hechos 13:14, 13:42-44, 16:13, 17:2, 18:4

Éxodo 31:12-17


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