Jeremias 30:7: ¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; mas de él será librado.
Jeremias 15:11 Dijo Jehová: De cierto tu remanente estará bien; de cierto haré que el enemigo te salga a recibir en el tiempo de aflicción, y en el tiempo de angustia.
Daniel 12:1 Y en aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está por los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue después que hubo gente hasta entonces; mas en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro.
Nos hallamos en el mismo umbral de la crisis de los siglos. En rápida sucesión se seguirán unos a otros los
castigos de Dios: incendios e inundaciones, terremotos, guerras y derramamiento de sangre. PR 208 sc.1914). Tiempos tormentosos están delante de nosotros, pero no profiramos una palabra de descreimiento o desánimo.-SC 169 (1905). 13
Sobre el monte de las Olivas, Cristo explicó los temibles juicios que habrían de preceder a su segunda venida: "Oiréis guerras, y rumores de guerras... Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestilencias, y hambres, y terremotos por los lugares. Y todas estas cosas, principio de dolores" (Mat. 24: 6-8).
Aunque estas profecías se cumplieron parcialmente con la destrucción de Jerusalén, se aplican más
directamente a los postreros días.-2JT 351 (1899). 19
La corteza terrestre se rasgará a causa de las erupciones de los elementos ocultos en sus entrañas. Estos
elementos, una vez desatados, barrerán los tesoros de aquellos que por años han estado aumentando sus
riquezas al obtener de sus empleados grandes posesiones a precios de hambre. Y también el mundo religioso
será terriblemente sacudido, porque el fin de todas las cosas está cercano.-3MR 208 (1891).
Ya ha llegado el tiempo en que en un momento podremos estar pisando tierra firme, y en el siguiente la tierra
estará moviéndose debajo de nuestros pies. Ocurrirán terremotos cuando menos se los espere.-TM 421 (1896).
En incendios, inundaciones, terremotos, en la furia de las grandes profundidades, en calamidades por mar y
tierra, se da la advertencia de que el Espíritu de Dios no contenderá para siempre con el hombre.-3MR 315
(1897).
Dios no ha impedido que los poderes de las tinieblas hagan su obra mortífera de viciar el aire, una de las
fuentes de vida y alimento, con elementos mortíferos. No sólo ha sido afectado la vida vegetal, sino que el
hombre mismo sufre de pestilencia... Estas cosas son el resultado de gotas de las copas de la ira * de Dios que caen sobre la tierra, y son pálidas representaciones de lo que acontecerá en el futuro cercano.-3MS 446-447 (1891).
Se me ha mostrado que el Espíritu del Señor se está retirando de la tierra. Pronto se les negará el poder
protector de Dios a todos los que continúan despreciando sus mandamientos. Diariamente nos llegan informes de transacciones fraudulentas, asesinatos y crímenes de toda clase. La iniquidad se está convirtiendo en un asunto tan común que ya no sacude los sentidos como en un tiempo lo hacía.-Carta 258, 1907.
¡Con cuánta frecuencia oímos hablar de terremotos y ciclones, así como de la destrucción producida por
incendios e inundaciones, con gran pérdida de vidas y propiedades! Aparentemente estas calamidades son
estallidos caprichosos de las fuerzas desorganizadas y desordenadas de la naturaleza, completamente fuera del dominio humano; pero en todas ellas puede leerse el propósito de Dios. Se cuentan entre los instrumentos por medio de los cuales él procura despertar en hombres y mujeres un sentido del peligro que corren.-PR 207 (c. 1914).
"Por tanto, yo os juzgaré a cada uno según sus caminos, oh casa de Israel, dice Jehová el Señor. Convertíos, y apartaos de todas vuestras transgresiones, y no os será la iniquidad causa de ruina. Echad de vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de Israel? Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis." Ezequiel 18:30-32
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