"El reconocimiento facial ya está aquí", declaró Alessandro Acquisti de Carnegie Mellon University en Pittsburgh en una exposición ante el Senado de los EE.UU. en julio.
Ciertamente parece así. Como parte de una actualización de la base de datos de huellas dactilares nacional, el FBI ha comenzado el despliegue del reconocimiento facial para identificar a los criminales.
Formará parte del tan esperado y que costará al FBI unos mil millones de dólares, Programa de Identificación de Próxima Generación (NGI), que también se sumará a la biometría del escáner de iris, el análisis de ADN y la identificación de voz, a la caja de herramientas. Un puñado de estados omenzaron a subir sus fotos como parte de un programa piloto este mes de febrero y se espera que sea lanzado a nivel nacional en 2014. Además de escanear fotos policiales para buscar coincidencias, funcionarios del FBI han indicado que están preparados para seguir a un sospechoso entresacando su cara en una muchedumbre.
Otra aplicación sería la inversa: Las imágenes de una persona de interés en las cámaras de seguridad o en las fotos publicadas en Internet pueden ser comparadas con un depósito nacional de imágenes en poder del FBI. Un algoritmo realizará una búsqueda automática y devolverá una lista de resultados posibles para que un oficial las clasifique y utilice como pistas posibles para una investigación.
Lo ideal sería que estos avances tecnológicos permitieran a la policía identificar a los criminales con mayor precisión y más rápido para llevar a cabo arrestos. Pero los defensores de la privacidad se preocupan por el amplio alcance de los planes del FBI. Están preocupados porque las personas sin antecedentes penales que salgan ante la cámara junto a una persona de interés podría terminar en una base de datos federal, o ser objeto de una vigilancia injustificada.
Jerome Pender del FBI dijo al Senado en julio que la base de datos fotográfica de búsqueda utilizada en los estudios piloto sólo incluyen fotos policiales de criminales conocidos. Pero no está claro a partir de la declaración de privacidad de NGI si ese seguirá siendo el caso una vez que el sistema esté en funcionamiento o si las fotos de civiles se podrían añadir, dice el abogado de Jennifer Lynch, de la Electronic Frontier Foundation. El FBI fue incapaz de responder a las preguntas de New Scientist sobre el asunto.
El FBI no ha compartido los detalles de los algoritmos que se utilizarán, pero su tecnología podría ser muy precisa si se aplica a las fotografías tomadas en situaciones controladas, tales como fotos de pasaporte o fotos policiales.
Las pruebas realizadas en 2010 mostraron que los mejores algoritmos pueden encontrar a alguien en una piscina de 1,6 millones de fotos el 92 por ciento de las veces. Es posible hacer coincidir una ficha policial con una foto de una persona que no está mirando a la cámara también. Algoritmos como el desarrollado por Marios Savvides del laboratorio en la Carnegie Mellon pueden analizar las características de una vista frontal y lateral de una foto policial, crear un modelo 3D de la cara, girarlo hasta 70 grados para que coincida con el ángulo de la cara en la foto y, a continuación sacar una nueva imagen 2D con un grado bastante elevado de exactitud. Las caras más difíciles son aquellas en las que coincida con poca luz. La fusión de las fotos de espectros visibles e infrarrojos puede agudizar estas imágenes, pero las cámaras infrarrojas son todavía muy caras.
Por supuesto, es más fácil encontrar coincidencias con fotos posadas y el FBI ya se ha asociado con los emisores de licencias de conducir estatales para la comparación de fotografías. Jay Stanley, de la American Civil Liberties Union pide prudencia: "Una vez que se comience a grabar esto en la base de datos del FBI, va a ser equivalente a una base de datos fotográfica nacional".
Fuente: la Proxima Guerra
Comentario:
"Vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón. Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada". Entonces se revela el poder milagroso: "Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que la herida de espada, y vivió. Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase. Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre" (Apoc. 13: 11-17).
En el capítulo 13 (versículos 1-10, V.M.), se describe otra bestia, "parecida a un leopardo," a la cual el dragón dio "su poder y su trono, y grande autoridad." Este símbolo, como lo han creído la mayoría de los protestantes, representa al papado, el cual heredó el poder y la autoridad del antiguo Imperio Romano. Se dice de la bestia parecida a un leopardo: "Le fue dada una boca que hablaba cosas grandes, y blasfemias.... Y abrió su boca para decir blasfemias contra Dios, para blasfemar su nombre, y su tabernáculo, y a los que habitan en el cielo. Y le fue permitido hacer guerra contra los santos, y vencerlos: y le fue dada autoridad sobre toda tribu, y pueblo, y lengua, y nación." Esta profecía, que es casi la misma que la descripción del cuerno pequeño en Daniel 7, se refiere sin duda al papado.
"Le fue dada autoridad para hacer sus obras cuarenta y dos meses." Y dice el profeta: "Vi una de sus cabezas como si hubiese sido herida de muerte." Y además: "Si alguno lleva en cautiverio, al cautiverio irá; si alguno mata con espada, es preciso que él sea muerto a espada." Los cuarenta y dos meses son lo mismo que "un tiempo, y dos tiempos, y la mitad de un tiempo," tres años y medio, o 1.260 días de Daniel 7, el tiempo durante el cual el poder papal debía oprimir al pueblo de Dios. Este período, como fue indicado en capítulos anteriores, empezó con la supremacía del papado, en el año 538 de J. C., y terminó en 1798. Entonces, el papa fue hecho prisionero por el ejército francés, el poder papal recibió su golpe mortal y quedó cumplida la predicción: "Si alguno lleva en cautiverio, al cautiverio irá."
Y aquí preséntase otro símbolo. El profeta dice: "Vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero." (Apocalipsis 13:11.) Tanto el aspecto de esta bestia como el modo en que sube indican que la nación que representa difiere de las representadas en los símbolos anteriores. Los grandes reinos que han gobernado al mundo le fueron presentados al profeta Daniel en forma de fieras, que surgían mientras "los cuatro vientos del cielo combatían en 493 "la gran mar." (Daniel 7:2.) En Apocalipsis 17, un ángel explicó que las aguas representan "pueblos y naciones y lenguas." (Apocalipsis 17:15.) Los vientos simbolizan luchas. Los cuatro vientos del cielo que combatían en la gran mar representan los terribles dramas de conquista y revolución por los cuales los reinos alcanzaron el poder.
Pero la bestia con cuernos semejantes a los de un cordero "subía de la tierra." En lugar de derribar a otras potencias para establecerse, la nación así representada debe subir en territorio hasta entonces desocupado, y crecer gradual y pacíficamente. No podía, pues, subir entre las naciones populosas y belicosas del viejo mundo, ese mar turbulento de "pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas." Hay que buscarla en el continente occidental.
¿Cuál era en 1798 la nación del nuevo mundo cuyo poder estuviera entonces desarrollándose, de modo que se anunciara como nación fuerte y grande, capaz de llamar la atención del mundo? La aplicación del símbolo no admite duda alguna. Una nación, y sólo una, responde a los datos y rasgos característicos de esta profecía; no hay duda de que se trata aquí de los Estados Unidos de Norteamérica. Una y otra vez el pensamiento y los términos del autor sagrado han sido empleados inconscientemente por los oradores e historiadores al describir el nacimiento y crecimiento de esta nación. El profeta vio que la bestia "subía de la tierra;" y, según los traductores, la palabra dada aquí por "subía" significa literalmente "crecía o brotaba como una planta." Y, como ya lo vimos, la nación debe nacer en territorio hasta entonces desocupado. Un escritor notable, al describir el desarrollo de los Estados Unidos, habla del "misterio de su desarrollo de la nada," y dice: "Como silenciosa semilla crecimos hasta llegar a ser un imperio." - G. A. Townsend, The New Compared with the Old, pág. 462. Un periódico europeo habló en 1850 de los Estados Unidos como de un imperio maravilloso, que surgía y que "en el silencio de la tierra crecía constantemente en poder y gloria." 494 -Dublin Nation. Eduardo Everett, en un discurso acerca de los peregrinos, fundadores de esta nación, dijo: "¿Buscaron un lugar retirado que por su obscuridad resultara inofensivo y seguro en su aislamiento, donde la pequeña iglesia de Leyden pudiese tener libertad de conciencia? ¡He aquí las inmensas regiones sobre las cuales, en pacífica conquista, . . . han plantado los estandartes de la cruz!" -Discurso pronunciado en Plymouth, Massachusetts, el 22 de diciembre de 1824.
"Y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero." Los cuernos semejantes a los de un cordero representan juventud, inocencia y mansedumbre, rasgos del carácter de los Estados Unidos cuando el profeta vio que esa nación "subía" en 1798. Entre los primeros expatriados cristianos que huyeron a América en busca de asilo contra la opresión real y la intolerancia sacerdotal, hubo muchos que resolvieron establecer un gobierno sobre el amplio fundamento de la libertad civil y religiosa. Sus convicciones hallaron cabida en la declaración de la independencia que hace resaltar la gran verdad de que "todos los hombres son creados iguales," y poseen derechos inalienables a la "vida, a la libertad y a la búsqueda de la felicidad." Y la Constitución garantiza al pueblo el derecho de gobernarse a sí mismo, y establece que los representantes elegidos por el voto popular promulguen las leyes y las hagan cumplir. Además, fue otorgada la libertad religiosa, y a cada cual se le permitió adorar a Dios según los dictados de su conciencia. El republicanismo y el protestantismo vinieron a ser los principios fundamentales de la nación. Estos principios son el secreto de su poder y de su prosperidad. Los oprimidos y pisoteados de toda la cristiandad se han dirigido a este país con afán y esperanza. Millones han fondeado en sus playas, y los Estados Unidos han llegado a ocupar un puesto entre las naciones más poderosas de la tierra.
Pero la bestia que tenía cuernos como un cordero "hablaba como dragón. Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en su presencia. Y hace que la tierra y los que en ella habitan, 495 adoren a la bestia primera, cuya herida mortal fue sanada . . . diciendo a los que habitan sobre la tierra, que hagan una imagen de la bestia que recibió el golpe de espada, y sin embargo vivió. (Apocalipsis 13: 11-14, V.M.)
Los cuernos como de cordero y la voz de dragón del símbolo indican una extraña contradicción entre lo que profesa ser y lo que practica la nación así representada. El "hablar" de la nación son los actos de sus autoridades legislativas y judiciales. Por esos actos la nación desmentirá los principios liberales y pacíficos que expresó como fundamento de su política. La predicción de que hablará "como dragón" y ejercerá "toda la autoridad de la primera bestia," anuncia claramente el desarrollo del espíritu de intolerancia y persecución de que tantas pruebas dieran las naciones representadas por el dragón y la bestia semejante al leopardo. Y la declaración de que la bestia con dos cuernos "hace que la tierra y los que en ella habitan, adoren a la bestia primera," indica que la autoridad de esta nación será empleada para imponer alguna observancia en homenaje al papado.
Semejante actitud sería abiertamente contraria a los principios de este gobierno, al genio de sus instituciones libres, a los claros y solemnes reconocimientos contenidos en la declaración de la independencia, y contrarios finalmente a la constitución. Los fundadores de la nación procuraron con acierto que la iglesia no pudiera hacer uso del poder civil, con los consabidos e inevitables resultados: la intolerancia y la persecución. La constitución garantiza que "el congreso no legislará con respecto al establecimiento de una religión ni prohibirá el libre ejercicio de ella," y que "ninguna manifestación religiosa será jamás requerida como condición de aptitud para ninguna función o cargo público en los Estados Unidos." Sólo en flagrante violación de estas garantías de la libertad de la nación, es cómo se puede imponer por la autoridad civil la observancia de cualquier deber religioso. Pero la inconsecuencia de tal procedimiento no es mayor que lo representado por el símbolo. Es la 496 bestia con cuernos semejantes a los de un cordero -que profesa ser pura, mansa, inofensiva- y que habla como un dragón.
"Diciendo a los que habitan sobre la tierra, que hagan una imagen de la bestia." Aquí tenemos presentada a las claras una forma de gobierno en el cual el poder legislativo descansa en el pueblo, y ello prueba que los Estados Unidos de Norteamérica constituyen la nación señalada por la profecía.
¿Pero qué es la "imagen de la bestia"? ¿Y cómo se la formará? La imagen es hecha por la bestia de dos cuernos y es una imagen de la primera bestia. Así que para saber a qué se asemeja la imagen y cómo será formada, debemos estudiar los rasgos característicos de la misma bestia: el papado.
Cuando la iglesia primitiva se corrompió al apartarse de la sencillez del Evangelio y al aceptar costumbres y ritos paganos, perdió el Espíritu y el poder de Dios; y para dominar las conciencias buscó el apoyo del poder civil. El resultado fue el papado, es decir, una iglesia que dominaba el poder del estado y se servía de él para promover sus propios fines y especialmente para extirpar la "herejía." Para que los Estados Unidos formen una imagen de la bestia, el poder religioso debe dominar de tal manera al gobierno civil que la autoridad del estado sea empleada también por la iglesia para cumplir sus fines.
Siempre que la iglesia alcanzó el poder civil, lo empleó para castigar a los que no admitían todas sus doctrinas. Las iglesias protestantes que siguieron las huellas de Roma al aliarse con los poderes mundanos, manifestaron el mismo deseo de restringir la libertad de conciencia. Ejemplo de esto lo tenemos en la larga persecución de los disidentes por la iglesia de Inglaterra. Durante los siglos XVI y XVII miles de ministros no conformistas fueron obligados a abandonar sus iglesias, y a muchos pastores y feligreses se les impusieron multas, encarcelamientos, torturas y el martirio.
Fue la apostasía lo que indujo a la iglesia primitiva a buscar la ayuda del gobierno civil, y esto preparó el camino para el desarrollo del papado, simbolizado por la bestia. San Pablo lo predijo al anunciar que vendría "la apostasía," y sería "revelado el hombre de pecado." (2 Tesalonicenses 2: 3, V.M.) De modo que la apostasía en la iglesia preparará el camino para la imagen de la bestia.
La Biblia declara que antes de la venida del Señor habrá un estado de decadencia religiosa análoga a la de los primeros siglos. "En los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, jactanciosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a sus padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, incontinentes, fieros, aborrecedores de los que son buenos, traidores, protervos, hinchados de orgullo, amadores de los placeres, más bien que amadores de Dios; teniendo la forma de la piedad, mas negando el poder de ella." (2 Timoteo 3: 1-5, V.M.) "Empero el Espíritu dice expresamente, que en tiempos venideros algunos se apartarán de la fe, prestando atención a espíritus seductores, y a enseñanzas de demonios." (1 Timoteo 4: 1, V.M.) Satanás obrará "con todo poder, y con señales, y con maravillas mentirosas, y con todo el artificio de la injusticia." Y todos los que "no admitieron el amor de la verdad, para que fuesen salvos," serán dejados para que acepten "operación de error, a fin de que crean a la mentira." (2 Tesalonicenses 2: 9-11, V.M.) Cuando se haya llegado a este estado de impiedad, se verán los mismos resultados que en los primeros siglos.
Muchos consideran la gran diversidad de creencias en las iglesias protestantes como prueba terminante de que nunca se procurará asegurar una uniformidad forzada. Pero desde hace años se viene notando entre las iglesias protestantes un poderoso y creciente sentimiento en favor de una unión basada en puntos comunes de doctrina. Para asegurar tal unión, debe necesariamente evitarse toda discusión de asuntos en los cuales no todos están de acuerdo, por importantes que sean desde el punto de vista bíblico.
Carlos Beecher, en un sermón predicado en 1846, declaró 498 que el pastorado de "las denominaciones evangélicas protestantes no está formado sólo bajo la terrible presión del mero temor humano, sino que vive, y se mueve y respira en una atmósfera radicalmente corrompida y que apela a cada instante al elemento más bajo de su naturaleza para tapar la verdad y doblar la rodilla ante el poder de la apostasía. ¿No pasó así con la iglesia romana? ¿No estamos reviviendo su vida? ¿Y qué es lo que vemos por delante? ¡Otro concilio general! ¡Una convención mundial! ¡Alianza evangélica y credo universal!" -Sermón, "The Bible a Sufficient Creed," pronunciado en Fort Wayne, Indiana, el 22 de febrero de 1846. Cuando se haya logrado esto, en el esfuerzo para asegurar completa uniformidad, sólo faltará un paso para apelar a la fuerza.
Cuando las iglesias principales de los Estados Unidos, uniéndose en puntos comunes de doctrina, influyan sobre el estado para que imponga los decretos y las instituciones de ellas, entonces la América protestante habrá formado una imagen de la jerarquía romana, y la inflicción de penas civiles contra los disidentes vendrá de por sí sola.
La bestia de dos cuernos "hace [ordena] que todos, pequeños y grandes, así ricos como pobres, así libres como esclavos, tengan una marca sobre su mano derecha, o sobre su frente; y que nadie pueda comprar o vender, sino aquel que tenga la marca, es decir, el nombre de la bestia o el número de su nombre." (Apocalipsis 13: 16, 17, V.M.) La amonestación del tercer ángel es: "¡Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe su marca en su frente, o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios!" "La bestia" mencionada en este mensaje, cuya adoración es impuesta por la bestia de dos cuernos, es la primera bestia, o sea la bestia semejante a un leopardo, de Apocalipsis 13, el papado. La "imagen de la bestia" representa la forma de protestantismo apóstata que se desarrollará cuando las iglesias protestantes busquen la ayuda del poder civil para la imposición de sus dogmas. Queda aún por definir lo que es "la marca de la bestia."
Después de amonestar contra la adoración de la bestia y de su imagen, la profecía dice: "Aquí está la paciencia de los santos; aquí están los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús." En vista de que los que guardan los mandamientos de Dios están puestos así en contraste con los que adoran la bestia y su imagen y reciben su marca, se deduce que la observancia de la ley de Dios, por una parte, y su violación, por la otra, establecen la distinción entre los que adoran a Dios y los que adoran a la bestia.
El rasgo más característico de la bestia, y por consiguiente de su imagen, es la violación de los mandamientos de Dios. Daniel dice del cuerno pequeño, o sea del papado: "Pensará en mudar los tiempos y la ley." (Daniel 7: 25.) Y San Pablo llama al mismo poder el "hombre de pecado," que había de ensalzarse sobre Dios. Una profecía es complemento de la otra. Sólo adulterando la ley de Dios podía el papado elevarse sobre Dios; y quienquiera que guardase a sabiendas la ley así adulterada daría honor supremo al poder que introdujo el cambio. Tal acto de obediencia a las leyes papales sería señal de sumisión al papa en lugar de sumisión a Dios.
El papado intentó alterar la ley de Dios. El segundo mandamiento, que prohibe el culto de las imágenes, ha sido borrado de la ley, y el cuarto mandamiento ha sido adulterado de manera que autorice la observancia del primer día en lugar del séptimo como día de reposo. Pero los papistas aducen para justificar la supresión del segundo mandamiento, que éste es inútil puesto que está incluido en el primero, y que ellos dan la ley tal cual Dios tenía propuesto que fuese entendida. Este no puede ser el cambio predicho por el profeta. Se trata de un cambio intencional y deliberado: "Pensará en mudar los tiempos y la ley." El cambio introducido en el cuarto mandamiento cumple exactamente la profecía. La única autoridad que se invoca para dicho cambio es la de la iglesia. Aquí el poder papal se ensalza abiertamente sobre Dios.
Es un hecho generalmente admitido por los protestantes, que las Sagradas Escrituras no autorizan en ninguna parte el cambio del día de reposo. Esto se confirma en publicaciones de la Sociedad Americana de Tratados y la Unión Americana de Escuelas Dominicales. Una de estas obras reconoce "que el Nuevo Testamento no dice absolutamente nada en cuanto a un mandamiento explícito en favor del día de reposo, o a reglas definidas relativas a su observancia." -Jorge Elliott, The Abiding Sabbath, pág. 184.
Otra dice: "Hasta la época de la muerte de Cristo, ningún cambio se había hecho en cuanto al día;" y, "por lo que se desprende del relato bíblico, los apóstoles no dieron . . . mandamiento explícito alguno que ordenara el abandono del séptimo día, sábado, como día de reposo, ni que se lo observara en el primer día de la semana." -A. E. Waffle, The Lord''s Day, págs. 186 - 188.
Los católicos romanos reconocen que el cambio del día de descanso fue hecho por su iglesia, y declaran que al observar el domingo los protestantes reconocen la autoridad de ella. En el Catecismo Católico de la Religión Cristiana, al contestar una pregunta relativa al día que se debe guardar en obediencia al cuarto mandamiento, sé hace esta declaración: "Bajo la ley antigua, el sábado era el día santificado; pero la iglesia, instruída por Jesucristo y dirigida por el Espíritu de Dios, substituyó el sábado por el domingo; de manera que ahora santificamos el primer día y no el séptimo. Domingo significa día del Señor, y es lo que ha venido a ser."
Como signo de la autoridad de la iglesia católica, los escritores católicos citan "el acto mismo de cambiar el sábado al domingo, cambio en que los protestantes consienten . . . porque al guardar estrictamente el domingo, ellos reconocen el poder de la iglesia para ordenar fiestas y para imponerlas so pena de incurrir en pecado." -H. Tuberville, An Abridgement of the Christian Doctrine, pág. 58. ¿Qué es, pues, el cambio del día de descanso, sino el signo o marca de la autoridad de la iglesia romana, ¡''la marca de la bestia''"?
La iglesia romana no ha renunciado a sus pretensiones a la supremacía; y cuando el mundo y las iglesias protestantes aceptan un día de descanso creado por ella, mientras rechazan el día de descanso de la Biblia, acatan en la práctica las tales pretensiones. Pueden apelar a la autoridad de la tradición y de los padres para apoyar el cambio; pero al hacerlo pasan por alto el principio mismo que los separa de Roma, es a saber, que "la Biblia, y la Biblia sola es la religión de los protestantes."
Los papistas pueden ver que los protestantes se están engañando a sí mismos, al cerrar voluntariamente los ojos ante los hechos del caso. A medida que gana terreno el movimiento en pro de la observancia obligatoria del domingo, ellos se alegran en la seguridad de que ha de concluir por poner a todo el mundo protestante bajo el estandarte de Roma.
Los romanistas declaran que "la observancia del domingo por los protestantes es un homenaje que rinden, mal de su grado, a la autoridad de la iglesia [católica]." -Mons. de Segur, Plain Talk About the Protestantism of Today, pág. 213. La imposición de la observancia del domingo por parte de las iglesias protestantes es una imposición de que se adore al papado, o sea la bestia. Los que, comprendiendo las exigencias del cuarto mandamiento, prefieren observar el falso día de reposo en lugar del verdadero, rinden así homenaje a aquel poder, el único que ordenó su observancia. Pero por el mismo hecho de imponer un deber religioso con ayuda del poder secular, las mismas iglesias estarían elevando una imagen a la bestia; de aquí que la imposición de la observancia del domingo en los Estados Unidos equivaldría a imponer la adoración de la bestia y de su imagen.
Pero los cristianos de las generaciones pasadas observaron el domingo creyendo guardar así el día de descanso bíblico; y ahora hay verdaderos cristianos en todas las iglesias, sin exceptuar la católica romana, que creen honradamente que el domingo es el día de reposo divinamente instituído. Dios acepta su sinceridad de propósito y su integridad. Pero cuando la observancia del domingo sea impuesta por la ley, y que el mundo sea ilustrado respecto a la obligación del verdadero día de descanso, entonces el que transgrediere el mandamiento de Dios para obedecer un precepto que no tiene mayor autoridad que la de Roma, honrará con ello al papado por encima de Dios: rendirá homenaje a Roma y al poder que impone la institución establecida por Roma: adorará la bestia y su imagen. Cuando los hombres rechacen entonces la institución que 503 Dios declaró ser el signo de su autoridad, y honren en su lugar lo que Roma escogió como signo de su supremacía, ellos aceptarán de hecho el signo de la sumisión a Roma, "la marca de la bestia." Y sólo cuando la cuestión haya sido expuesta así a las claras ante los hombres, y ellos hayan sido llamados a escoger entre los mandamientos de Dios y los mandamientos de los hombres, será cuando los que perseveren en la transgresión recibirán "la marca de la bestia."
La más terrible amenaza que haya sido jamás dirigida a los mortales se encuentra contenida en el mensaje del tercer ángel. Debe ser un pecado horrendo el que atrae la ira de Dios sin mezcla de misericordia. Los hombres no deben ser dejados en la ignorancia tocante a esta importante cuestión; la amonestación contra este pecado debe ser dada al mundo antes que los juicios de Dios caigan sobre él, para que todos sepan por qué deben consumarse, y para que tengan oportunidad para librarse de ellos. La profecía declara que el primer ángel hará su proclamación "a cada nación, y tribu, y lengua, y pueblo." El aviso del tercer ángel, que forma parte de ese triple mensaje, no tendrá menos alcance. La profecía dice de él que será proclamado en alta voz por un ángel que vuele por medio del cielo; y llamará la atención del mundo.
Al final de la lucha, toda la cristiandad quedará dividida en dos grandes categorías: la de los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, y la de los que adoran la bestia y su imagen y reciben su marca. Si bien la iglesia y el estado se unirán para obligar a "todos, pequeños y grandes, así ricos como pobres, así libres como esclavos," a que tengan "la marca de la bestia" (Apocalipsis 13: 16, V.M.), el pueblo de Dios no la tendrá. El profeta de Patmos vio que "los que habían salido victoriosos de la prueba de la bestia, y de su imagen, y del número de su nombre, estaban sobre aquel mar de vidrio, teniendo arpas de Dios," y cantaban el cántico de Moisés y del Cordero. (Apocalipsis 15: 2, 3, V.M.
MARANTHA!
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