SIGLO I: LA ERA APOSTÓLICA
Iglesia del Apocalipsis: Éfeso
"Has trabajado arduamente... pero has perdido tu primer amor" (Apoc. 2:1–7)
La iglesia de Éfeso representa a la iglesia apostólica: ferviente en obras, sólida en doctrina, celosa contra el error, pero en riesgo de perder el fuego del primer amor. Es una iglesia en lucha contra el engaño, el desánimo y la persecución, que comienza a articular su identidad mientras el movimiento cristiano se extiende más allá del judaísmo.
1. Comunidades Cristianas
La expansión del cristianismo en el siglo I siguió principalmente las rutas comerciales y culturales del Imperio romano, articulándose en núcleos urbanos estratégicos. Las comunidades cristianas se formaban generalmente a partir de tres contextos:
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Judíos de la diáspora que aceptaban a Jesús como Mesías.
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Prosélitos y temerosos de Dios (gentiles simpatizantes del judaísmo).
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Gentiles paganos convertidos por la predicación apostólica.
Comunidades principales:
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Jerusalén: Comunidad madre, liderada por Pedro, Santiago (hermano del Señor) y Juan. De corte marcadamente judío.
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Antioquía de Siria: Primer gran centro misional gentílico (Hech 11), punto de partida de Pablo y Bernabé. Allí se les llamó “cristianos” por primera vez.
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Roma: Fundada probablemente por cristianos llegados desde Judea (Hech 2). Muy diversa, importante desde fines del siglo I.
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Corinto, Éfeso, Tesalónica, Filipos: Iglesias fundadas por Pablo en la región de Macedonia y Asia Menor, culturalmente helenistas.
Estas comunidades formaban una red de iglesias domésticas interconectadas, pero no centralizadas.
2. Creencias y Costumbres
La vida cristiana del siglo I estaba profundamente arraigada en la fe bíblica heredada del judaísmo, pero reinterpretada a la luz de la vida, muerte y resurrección de Jesús.
a) Creencias centrales:
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Jesús de Nazaret es el Mesías prometido, el Hijo de Dios, Salvador del mundo.
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Su muerte fue expiatoria y su resurrección el inicio de una nueva creación.
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El Reino de Dios ya ha sido inaugurado en Cristo y se consumará con su regreso.
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La salvación es por gracia, mediante la fe, no por obras de la Ley.
b) Costumbres litúrgicas y comunitarias:
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Bautismo por inmersión (Hech 2:38) como signo de conversión, perdón y nuevo nacimiento.
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Cena del Señor celebrada regularmente, como conmemoración del sacrificio de Cristo y expresión de unidad (1 Cor 11).
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Reuniones en casas para enseñanza apostólica, oración, comunión y partimiento del pan (Hech 2:42–47).
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Ayunos, imposición de manos, confesión de pecados, cánticos (Col 3:16).
c) Vida comunitaria:
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Compartían bienes con los necesitados (Hech 4:32–35).
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Se ayudaban mutuamente y enviaban socorro entre iglesias (2 Cor 8–9).
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Vivían con ética contracultural, evitando la idolatría, la inmoralidad y la codicia.
3. Canon Bíblico: Escrituras Usadas por la Iglesia Primitiva
Durante el siglo I no existía un canon del Nuevo Testamento cerrado ni definido como lo entendemos hoy, pero sí había un uso funcional de ciertos textos considerados autoritativos.
a) El Antiguo Testamento
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El texto base era el Tanaj hebreo, aunque en las comunidades de habla griega (la mayoría fuera de Palestina) se usaba ampliamente la Septuaginta (LXX), una traducción al griego hecha en Alejandría en el siglo III–II a.C.
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La Septuaginta incluía libros deuterocanónicos (sabiduría, Tobit, Judit, etc.) que eran conocidos y citados ocasionalmente, aunque no todos eran considerados autoritativos por los apóstoles.
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La mayoría de las citas del AT en el NT son de la versión de la Septuaginta.
b) Evangelios
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En la década del 50 y 60 d.C., comienzan a circular tradiciones orales sobre la vida y enseñanzas de Jesús.
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Marcos es el evangelio más antiguo (probablemente ca. 65 d.C.); Mateo y Lucas lo siguen (70–80 d.C.), usando a Marcos como fuente.
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Juan probablemente fue escrito en los 90s, desde Éfeso.
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Los evangelios circulaban primero de forma local, pero hacia fines del siglo I eran leídos en iglesias como autoridad sobre la enseñanza de Jesús.
c) Cartas Paulinas
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Pablo escribió entre los años 50–67 d.C. (1 Tesalonicenses, Gálatas, Romanos, Corintios, etc.).
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Sus cartas eran copiadas, intercambiadas y leídas en las comunidades (cf. Colosenses 4:16).
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Algunas comenzaron a considerarse inspiradas ya en vida del apóstol. Pedro menciona las cartas de Pablo como "Escrituras" (2 Pedro 3:15–16), lo cual es significativo.
d) Otras cartas
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Santiago, Judas, Hebreos, 1 y 2 Pedro, y 1 Juan circulaban en diversas comunidades. Eran recibidas con distinta rapidez según la región.
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1 Clemente (ca. 96 d.C.) desde Roma a Corinto muestra que ya existía una cultura epistolar eclesial.
e) Apocalipsis
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Escrito por Juan hacia el 95–96 d.C. en Patmos.
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Desde su inicio fue recibido como palabra profética (Apoc 1:3) y leído en las iglesias de Asia.
f) Proceso canónico en germen
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Aunque el canon no estaba cerrado, ya existía una conciencia de la autoridad apostólica como criterio de canonicidad.
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Las iglesias usaban una combinación de:
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Escrituras del AT (sobre todo la LXX).
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Enseñanzas orales apostólicas.
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Evangelios y cartas apostólicas circulantes.
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Es importante notar que el canon no se cerraría oficialmente sino hasta finales del siglo IV, pero la selección funcional del material autoritativo ya había comenzado en el siglo I.
4. Estructura de Autoridad: Líderes y Organización Eclesial
La iglesia del siglo I presenta una estructura de gobierno descentralizada, carismática y funcional, todavía sin una jerarquía unificada o episcopado monárquico. El modelo era comunitario y pastoral, aunque con autoridad apostólica clara.
a) Autoridad Apostólica
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Los apóstoles fueron la máxima autoridad doctrinal y disciplinaria.
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Su autoridad derivaba directamente del mandato de Jesús resucitado (cf. Mat 28:18–20; Hech 1:8).
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Ejercían funciones de:
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Enseñanza doctrinal (Hech 2:42).
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Corrección y discernimiento (cf. Gál 2:11–14).
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Disciplina (Hech 5:1–11).
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Organización misionera (Hech 13; 15).
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b) Presbíteros (ancianos) y diáconos
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En cada iglesia se nombraban presbíteros (gr. "presbyteroi") como líderes locales, responsables de pastorear y enseñar (cf. Hch 14:23; Tito 1:5–9).
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No había aún una distinción nítida entre "presbítero" y "obispo" (gr. "episkopos"). Eran términos intercambiables (cf. Hech 20:17,28; Tito 1:5–7).
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Los diáconos (gr. "diákonos" = servidor) se ocupaban de las funciones prácticas y de asistencia (cf. Hech 6:1–6).
c) Maestros, profetas, evangelistas
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La iglesia reconocía también otros dones ministeriales carismáticos:
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Profetas: hablaban de parte de Dios, exhortaban y a veces anunciaban eventos futuros.
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Maestros: explicaban la doctrina (Hech 13:1).
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Evangelistas: misioneros itinerantes, como Felipe (Hech 8).
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Apóstoles itinerantes, como Pablo y Bernabé, fundaban comunidades.
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d) Reuniones y toma de decisiones
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Las iglesias eran autogobernadas, pero consultaban a los apóstoles o a otras iglesias en cuestiones difíciles (Hech 15).
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La autoridad se ejercía en comunión, por consenso del Espíritu y de los hermanos ("pareció bien al Espíritu Santo y a nosotros" — Hech 15:28).
e) Mujeres en la comunidad
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Aunque la autoridad oficial estaba concentrada en varones, las mujeres tenían roles significativos como profetisas (Hech 21:9), diaconisas (cf. Febe en Rom 16:1), anfitrionas de iglesias domésticas (Priscila, Lidia).
f) Iglesias domésticas y red de comunión
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Las iglesias se reunían en casas particulares (cf. Rom 16:5; 1 Cor 16:19).
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La estructura era horizontal, fraternal y basada en el amor y el servicio mutuo.
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La comunión entre iglesias se mantenía por cartas, visitas de emisarios y ofrendas compartidas (cf. 2 Cor 8–9).
5. Herejías y Tensiones Internas
a) Judaizantes
En los primeros años, el cristianismo era una secta dentro del judaísmo. Muchos judíos creyentes insistían en que los gentiles debían guardar la Torá para ser salvos. Pablo combate esta posición, especialmente en Gálatas, donde afirma que la justificación es por la fe en Cristo y no por las obras de la ley (Gál 2:16). El conflicto central era si los gentiles debían:
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Circuncidarse.
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Guardar las leyes dietéticas.
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Observar las fiestas judías.
El Concilio de Jerusalén (Hech 15) resolvió parcialmente esta tensión, liberando a los gentiles de tales exigencias, pero la controversia persistió en algunas iglesias.
b) Docetismo (gnosticismo incipiente)
A fines del siglo I, especialmente en las comunidades de Asia Menor (Éfeso, Esmirna), comenzó a circular una doctrina que afirmaba que Cristo no había venido en carne, sino solo en apariencia (del griego “dokeō” = parecer). Esto negaba la encarnación y, por tanto, la redención por medio del sacrificio corporal de Jesús.
Juan combate este error en sus cartas:
“Todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios... es el espíritu del anticristo” (1 Juan 4:3).
Este docetismo es considerado una forma temprana de gnosticismo, que desarrollaría más plenamente en el siglo II.
c) Sincretismo con cultos grecorromanos
En lugares como Corinto, surgieron tensiones por la participación de cristianos en comidas ofrecidas a ídolos (1 Cor 8–10). Pablo advierte contra el compromiso con el paganismo, que podía minar la pureza de la fe.
d) Falsos apóstoles y maestros
La iglesia primitiva ya enfrentaba líderes que se autoproclamaban enviados de Dios y enseñaban error. Juan denuncia a quienes “dicen ser apóstoles y no lo son” (Apoc. 2:2), y Pedro y Judas advierten sobre falsos maestros que introducirán herejías destructoras (2 Pedro 2, Judas 4).
6. Doctrinas Desarrolladas
Durante el siglo I, la teología cristiana no estaba sistematizada como en siglos posteriores, pero ya se esbozan los principales pilares doctrinales, especialmente en las epístolas paulinas y joánicas:
a) Cristología
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Jesús es el Mesías esperado, pero también el Señor exaltado a la diestra de Dios (Fil 2:6–11).
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Preexistente y coeterno con el Padre en Juan 1:1–3.
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Encarnación real: nació de mujer, sufrió, murió y resucitó corporalmente.
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Su muerte tiene valor vicario (sustitutivo) y expiatorio (1 Cor 15:3; Rom 3:25).
b) Justificación por la fe
Doctrina central de Pablo: el ser humano es declarado justo por Dios no por obras, sino por fe en Jesucristo (Rom 3–5, Gál 2–3). Esto incluye:
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Redención por gracia.
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Exclusión de la jactancia humana.
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Inclusión de gentiles sin necesidad de Torá.
c) Eclesiología carismática
La iglesia es el Cuerpo de Cristo (1 Cor 12), unida por el Espíritu y dotada de carismas: profecía, enseñanza, sanidad, lenguas, etc.
No hay aún jerarquía episcopal centralizada; los ancianos y diáconos sirven localmente.
d) Pneumatología
El Espíritu Santo:
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Es dado a cada creyente en la conversión (Hech 2:38; Ef 1:13).
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Guía, consuela y capacita.
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Es prueba de adopción y herencia (Rom 8:14–16).
e) Escatología
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Esperanza viva en la Parusía inminente (1 Tes 4:13–18).
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Juicio final, resurrección, Reino de Dios.
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El Apocalipsis desarrolla una visión simbólica del conflicto cósmico y la victoria final de Cristo.
f) Ética cristiana
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Amor como principio supremo (1 Cor 13, Rom 13:8–10).
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Vida crucificada con Cristo (Gál 2:20).
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Renuncia al mundo, santificación progresiva, obediencia por amor.
8. Persecuciones: Causas, Actores y Eventos
Aunque no hubo persecución sistemática e imperial en todo el siglo I, los cristianos sí enfrentaron violencia y hostilidad tanto de autoridades judías como romanas.
a) Persecuciones por parte de los judíos
-
En Jerusalén, Esteban es martirizado (Hech 7) y se desata una persecución que dispersa a los creyentes (Hech 8).
-
Pablo persiguió a la iglesia antes de su conversión (Hech 9).
-
En varias ciudades (Iconio, Listra, Tesalónica), los judíos incitaron al pueblo contra Pablo y otros (Hech 13–17).
En Jerusalén, Esteban es martirizado (Hech 7) y se desata una persecución que dispersa a los creyentes (Hech 8).
Pablo persiguió a la iglesia antes de su conversión (Hech 9).
En varias ciudades (Iconio, Listra, Tesalónica), los judíos incitaron al pueblo contra Pablo y otros (Hech 13–17).
Motivo: los cristianos eran considerados una secta herética que rompía con la Torah y desacralizaba el Templo.
b) Persecuciones por parte de los romanos
-
Hasta el año 64 d.C., el cristianismo era considerado una rama del judaísmo, por tanto legal.
-
Bajo el emperador Nerón, tras el incendio de Roma, los cristianos fueron acusados y perseguidos brutalmente. Pedro y Pablo probablemente murieron en este contexto (Tacito, Ann. 15.44).
-
En algunas regiones, los cristianos eran denunciados por negarse a participar en el culto imperial.
Hasta el año 64 d.C., el cristianismo era considerado una rama del judaísmo, por tanto legal.
Bajo el emperador Nerón, tras el incendio de Roma, los cristianos fueron acusados y perseguidos brutalmente. Pedro y Pablo probablemente murieron en este contexto (Tacito, Ann. 15.44).
En algunas regiones, los cristianos eran denunciados por negarse a participar en el culto imperial.
Motivo: los cristianos eran acusados de “ateísmo” (por no rendir culto a los dioses) y de superstición peligrosa (porque suprimían los valores tradicionales).
c) Martirio como testimonio
-
El martirio se interpretaba como participación en los sufrimientos de Cristo.
-
El Apocalipsis llama “fieles hasta la muerte” a quienes vencen así (Apoc 2:10).
-
Los cristianos no se rebelaban armadamente, pero sí desobedecían cuando se les pedía negar a Cristo (cf. Hech 5:29).
9. Práctica de Reunión: ¿Sábado o Domingo?
El martirio se interpretaba como participación en los sufrimientos de Cristo.
El Apocalipsis llama “fieles hasta la muerte” a quienes vencen así (Apoc 2:10).
Los cristianos no se rebelaban armadamente, pero sí desobedecían cuando se les pedía negar a Cristo (cf. Hech 5:29).
a) Sábado
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La mayoría de los cristianos judíos seguían guardando el sábado como día de reposo, conforme al cuarto mandamiento.
-
Pablo asistía a la sinagoga en sábado (Hech 17:2), aunque también enseñaba fuera de ella.
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No hay indicios en el siglo I de una abolición del sábado.
b) Domingo
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La expresión “primer día de la semana” aparece en contextos de reunión para partir el pan (Hech 20:7) y recolección de ofrendas (1 Cor 16:2).
-
Apocalipsis 1:10 habla del “día del Señor”, que algunos interpretan como domingo, aunque el término en la Biblia suele referirse al día del juicio.
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El domingo no era un día de reposo (era un día laboral normal), pero comenzó a adquirir simbolismo como día de la resurrección.
c) Conclusión
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En el siglo I coexistieron ambas prácticas: el sábado como día de reposo y el domingo como día simbólico de celebración.
-
No hay evidencia de que el domingo reemplazara al sábado en este siglo.
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La transición se aceleraría en el siglo II, especialmente en comunidades gentiles y bajo presión romana.
SIGLO II: LA IGLESIA PERSEGUIDA
Iglesia del Apocalipsis: Esmirna
"Yo conozco tu tribulación y tu pobreza... Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida" (Apoc. 2:8–11)
La iglesia de Esmirna representa el cristianismo en su fase mártir, perseguido pero fiel. Este fue un siglo de consolidación doctrinal, estructural y cultural. Con los apóstoles ya fallecidos, los líderes eclesiales (padres apostólicos) asumieron el reto de conservar la fe contra las herejías internas, el paganismo circundante y la creciente hostilidad imperial. Es el siglo del martirio de Ignacio, Justino, Policarpo y otros testigos fieles.
1. Comunidades Cristianas
El cristianismo en el siglo II se expandió más allá de sus centros iniciales, consolidándose en zonas clave del Mediterráneo oriental y occidental:
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Asia Menor (Esmirna, Éfeso, Pérgamo, Sardis, Laodicea): iglesias sólidas pero presionadas por la persecución y el gnosticismo.
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Roma: se consolidó como centro teológico y disciplinario, con fuerte presencia gentil.
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Cartago y Alejandría: comenzaron a emerger como centros intelectuales.
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Galia y España: aparición temprana de comunidades en Lyon, Vienne, Tarragona.
Estas iglesias mantenían contacto por correspondencia y enviados, formando una red de comunión doctrinal y práctica, aunque aún sin una centralización formal.
Presencia y continuidad de grupos judeocristianos no institucionalizados
Durante el siglo II, además de las iglesias que seguían el proceso de consolidación doctrinal, estructural y litúrgica encabezado por las comunidades apostólicas gentiles (como Roma, Éfeso, Antioquía), existieron grupos cristianos fuertemente marcados por su raíz judía, que no aceptaban totalmente la separación de la Ley mosaica ni el creciente alejamiento del cristianismo respecto al judaísmo.
Características generales:
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Retenían elementos identitarios judíos: observancia del sábado, fiestas bíblicas, dieta kosher, circuncisión (al menos en parte), oración hacia Jerusalén.
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Rechazaban la autoridad doctrinal emergente de las iglesias gentiles (Roma, Esmirna, etc.).
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Su lealtad se centraba en Jerusalén (aunque esta ciudad ya había sido destruida en el 70 y nuevamente en el 135 d.C. por los romanos).
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A menudo veían a Pablo como un apóstata o como un personaje sospechoso por su postura antilegalista.
2. Creencias y Costumbres
La comunidad cristiana del siglo II mantuvo el núcleo doctrinal heredado de los apóstoles, pero comenzó a desarrollar reflexiones sistemáticas frente a nuevas amenazas teológicas y culturales.
a) Creencias centrales (continuidad con siglo I):
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Un solo Dios creador, trascendente y bueno.
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Jesucristo como Señor, Mesías, Hijo de Dios, realmente encarnado y crucificado.
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Salvación por gracia, mediante la fe y la obediencia.
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Esperanza en la resurrección y el Reino venidero.
b) Costumbres:
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Bautismo (por inmersión o triple aspersión): se enfatiza el catecumenado (preparación prolongada).
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Cena del Señor celebrada cada semana (generalmente el domingo).
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Reuniones en casas o espacios prestados, con oración, lectura de Escrituras, exhortación, ofrendas.
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Comienzan los rudimentos de la liturgia, sobre todo en Roma y Asia.
c) Vida ética y comunitaria:
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Abandono del paganismo, idolatría y prácticas inmorales.
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Amor fraternal, solidaridad con pobres, viudas y mártires.
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Rechazo a espectáculos públicos, abortos, infanticidios, y estructuras sociales injustas.
3. Canon Bíblico
En el siglo II todavía no existía un canon cerrado, pero comenzaron a consolidarse las colecciones de libros que luego formarían el NT:
a) Antiguo Testamento
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Se seguía utilizando como Escritura fundamental.
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La mayoría usaba la versión griega (Septuaginta), aunque algunos como Marción la rechazaban.
b) Evangelios
-
Los cuatro Evangelios (Mateo, Marcos, Lucas, Juan) eran ampliamente aceptados y usados en las liturgias.
-
Ireneo de Lyon (ca. 180) ya defiende la existencia de solo cuatro Evangelios verdaderos, rechazando otros apócrifos.
c) Cartas paulinas y otros escritos
-
Circulaban las epístolas paulinas como colección reconocida (“corpus Paulinum”).
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Se usaban otras epístolas como 1 Pedro, 1 Juan, Hebreos, y el Apocalipsis.
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Escritos no canónicos como el Pastor de Hermas, la Didajé y 1 Clemente eran usados, pero con menor autoridad.
d) Herejías impulsan el canon
-
La reacción a Marción (quien creó un canon truncado solo con Lucas y algunas cartas de Pablo) obligó a la iglesia a identificar oficialmente los escritos apostólicos auténticos.
-
Hacia fines del siglo II ya circulaba el Canon de Muratori en Roma, que incluía la mayoría del NT actual.
4. Estructura de Autoridad
Con la desaparición de los apóstoles, la autoridad eclesial se fue consolidando en figuras locales estables:
a) Monarquía episcopal
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En muchas iglesias (Éfeso, Antioquía, Roma), los antiguos presbíteros comenzaron a diferenciarse: uno de ellos asumía el rol de obispo como coordinador de la comunidad.
-
El obispo era visto como garante de la fe apostólica y unidad local.
b) Sucesión apostólica
-
Se desarrolló la noción de que la enseñanza verdadera debía provenir de comunidades fundadas por apóstoles y con líderes que mantuvieran su tradición (Ireneo, Contra Herejías III.3).
-
Esto sirvió para contrastar a los herejes, que no podían remontar su enseñanza a los apóstoles.
c) Presbíteros y diáconos
-
Los presbíteros continuaban con funciones de enseñanza y consejo.
-
Los diáconos administraban bienes, asistían a los necesitados y colaboraban en el culto.
d) Mujeres
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Aunque no ocupaban cargos jerárquicos, algunas mujeres (como las vírgenes consagradas) eran altamente respetadas.
-
Algunas sectas gnósticas, sin embargo, sí daban liderazgo doctrinal a mujeres, lo que causó controversia.
5. Herejías y Tensiones Internas
El siglo II fue la gran época de las herejías cristológicas y filosófico-religiosas. Las más importantes:
a) Gnosticismo
-
Sistema esotérico que mezclaba ideas griegas, orientales y pseudocristianas.
-
Enseñaba que el mundo material era malo, creado por un demiurgo inferior.
-
Rechazaba la encarnación real de Cristo y promovía una salvación por conocimiento secreto.
-
Autores como Ireneo y Tertuliano los combatieron intensamente.
b) Marcionismo
-
Marción (Roma, ca. 140) rechazó el AT y parte del NT, propuso un dios distinto del Padre de Jesús.
-
Formó un canon truncado, lo que impulsó la definición del canon ortodoxo.
-
Su iglesia subsistió por más de un siglo como una red paralela.
c) Montanismo
-
Movimiento carismático y profético en Frigia (Asia Menor), liderado por Montano y dos profetisas (Priscila y Maximila).
-
Afirmaban hablar directamente por el Espíritu Santo.
-
Enseñaban una moral extremadamente rigurosa y anunciaban la inminente llegada de la nueva Jerusalén.
-
Algunos lo vieron como avivamiento; otros, como herejía peligrosa.
Principales corrientes judeocristianas y sus doctrinas
1. Nazarenos
-
Eran cristianos judíos que creían en Jesús como el Mesías, pero seguían observando la Ley de Moisés.
-
Se encontraban principalmente en Siria, Galilea y Transjordania.
-
Reconocían el valor del AT y aceptaban los evangelios sinópticos (en arameo o hebreo).
-
No rechazaban a los gentiles, pero sostenían que los judíos debían seguir guardando la Ley.
-
En algunos escritos patrísticos, se los distingue de los ebionitas por su ortodoxia cristológica: afirmaban la divinidad de Cristo y su nacimiento virginal.
2. Ebionitas
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Grupo más radical: afirmaban que todos los cristianos (judíos y gentiles) debían guardar la Ley.
-
Rechazaban el nacimiento virginal de Jesús y sostenían una cristología adopcionista: Jesús fue un hombre justo adoptado por Dios en el bautismo.
-
Rechazaban a Pablo como un traidor del judaísmo.
-
Usaban un evangelio hebreo (posiblemente una versión editada del evangelio de Mateo sin las primeras dos secciones sobre el nacimiento de Jesús).
-
Eran considerados heréticos tanto por la Gran Iglesia como por el judaísmo rabínico.
3. Elkesaitas
-
Movimiento judeocristiano sincrético surgido a fines del siglo I y difundido en Siria y Mesopotamia.
-
Tenían un libro revelado llamado el “Libro de Elkesai”.
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Su teología era mística y legalista, con prácticas de purificación, baños rituales, ayunos y astrología.
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Influirían más tarde en movimientos gnósticos cristianos como el maniqueísmo.
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Fueron gradualmente marginados por la “Gran Iglesia” que dominaba en el occidente y que seguía la línea paulina, alejándose cada vez más del judaísmo.
-
El Concilio de Jerusalén de 135 d.C. (posterior a la revuelta de Bar Kojba) marca simbólicamente la expulsión final de los judeocristianos de la ciudad: se prohíbe a los judíos entrar en Aelia Capitolina, y la iglesia se vuelve plenamente gentil.
-
El cristianismo institucional los considera cismáticos o heréticos; los autores patrísticos (como Epifanio, Ireneo o Orígenes) los describen con desprecio.
-
Desde el punto de vista rabínico, eran apóstatas del judaísmo por creer en Jesús como el Mesías.
Aunque los grupos judeocristianos no lograron prevalecer en la historia doctrinal del cristianismo dominante, su existencia demuestra que el cristianismo del siglo II era todavía un movimiento diverso, con múltiples expresiones de fe, liturgia y cristología. Su legado fue invisibilizado por la posterior hegemonía romana, pero aportaron resistencia a la completa helenización del mensaje cristiano, recordando su raíz semita.
6. Doctrinas Desarrolladas
En este siglo se sentaron las bases para la teología cristiana clásica.
a) Cristología
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Se defendió la verdadera humanidad y divinidad de Cristo contra el docetismo y el gnosticismo.
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Se comenzaron a usar términos como “consubstancial” y “naturaleza” (aunque el Concilio de Nicea llegaría en el siglo IV).
-
Ignacio de Antioquía insistía en que Cristo “nació verdaderamente, sufrió verdaderamente, resucitó verdaderamente”.
b) Trinitarismo primitivo
-
Aunque aún sin definiciones conciliares, se afirmaba una distinción real entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, unidos en esencia divina.
-
Justino Mártir, Teófilo de Antioquía y otros desarrollaron modelos que anticipaban el lenguaje trinitario posterior.
c) Eclesiología
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Se desarrolló la idea de la iglesia como el cuerpo visible de Cristo, garante de la verdad y la comunión.
-
Aparece el concepto de la Iglesia Católica (“universal”) como la que guarda la fe apostólica y la unidad en Cristo.
d) Apologética
-
Padres como Justino, Atenágoras y Taciano escriben en defensa del cristianismo frente a las acusaciones paganas y la filosofía griega.
7. Concilios
No hubo concilios ecuménicos, pero sí sínodos regionales convocados para abordar conflictos doctrinales o disciplinares:
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Sínodos en Asia Menor y Roma contra el Montanismo (ca. 170–190).
-
Disputas entre las iglesias de Asia y Roma sobre la fecha de la Pascua (controversia quartodecimana).
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Comunicación frecuente entre obispos mediante cartas doctrinales (como las de Ireneo).
8. Persecuciones
El siglo II estuvo marcado por persecuciones intermitentes y localizadas, pero brutales:
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El edicto de Trajano (ca. 112) estableció que los cristianos no debían ser buscados activamente, pero si eran denunciados y no abjuraban, debían ser ejecutados.
-
Martirio de Ignacio de Antioquía (ca. 110), Justino Mártir (165) y Policarpo de Esmirna (155).
-
Cartago, Alejandría y Lyon fueron escenarios de ejecuciones masivas.
Motivos: no rendir culto al emperador, "superstición extranjera", amenazas al orden civil.
9. Prácticas de Reunión y Culto
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El domingo se consolidó como día de reunión (“Día del Señor”), aunque algunos seguían observando el sábado.
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La Eucaristía se convirtió en el centro del culto semanal.
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Se desarrollan formas litúrgicas fijas: oración, salmos, lecturas, homilía, ofrendas.
-
Comienza a restringirse la participación de no bautizados en la Cena del Señor (disciplina arcani).
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Cuaresma y Pascua comienzan a perfilarse como tiempos litúrgicos especiales.
Durante el siglo II coexistían diferentes prácticas litúrgicas relacionadas con el día de adoración semanal. Estas reflejaban no solo diferencias culturales (judíos vs. gentiles), sino también profundas tensiones teológicas entre la continuidad con el judaísmo y el surgimiento de una identidad cristiana independiente.
a) Origen de la observancia del domingo
Ya en el siglo I, en algunas comunidades cristianas gentiles, especialmente fuera de Palestina, comenzó a practicarse una reunión en el “primer día de la semana” (gr. κυριακῇ ἡμέρᾳ, "día del Señor"), como expresión de conmemoración de la resurrección de Cristo:
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Hechos 20:7: “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan…”
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1 Corintios 16:2: Pablo exhorta a apartar ofrendas “el primer día de la semana”.
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Apocalipsis 1:10: Juan dice estar “en el Día del Señor”, que ya en algunos círculos se identificaba con el domingo (aunque en otros textos bíblicos el “día del Señor” designa el juicio escatológico).
Estas menciones no indican que el domingo reemplazara formalmente al sábado como día de reposo. Más bien, muestran que en ciertas comunidades cristianas el domingo se convirtió en el día conmemorativo de la resurrección, en el cual se celebraba la Eucaristía, se recogían ofrendas y se compartía la enseñanza apostólica. Es decir, fue un día litúrgico, no legal.
b) Permanencia de la observancia sabática
Al mismo tiempo, muchos cristianos, especialmente de trasfondo judío (nazarenos, judeocristianos palestinos y sirios), seguían guardando el sábado como día de reposo conforme al cuarto mandamiento (Éxodo 20:8–11). Este grupo incluía:
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Los cristianos de Jerusalén hasta 135 d.C.
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Las iglesias judeocristianas de la diáspora: en Siria, Transjordania, Egipto y Mesopotamia.
-
Los grupos cristianos que aún participaban en liturgias sinagogales, o imitaban su estructura.
Para estos creyentes, la fe en Cristo no anulaba la Torá, sino que la cumplía (cf. Mateo 5:17). Veían en Jesús al Mesías judío, no al fundador de una nueva religión separada del judaísmo.
c) Interpretación paulina y la controversia sobre la Ley
El trasfondo teológico del conflicto entre sábado y domingo se relaciona con la interpretación de Pablo sobre la Ley. Pablo enseña que:
-
La salvación es por fe, no por “las obras de la ley” (Gálatas 2:16).
-
La Ley fue “nuestro ayo para llevarnos a Cristo” (Gál 3:24), pero una vez llegada la fe, ya no estamos bajo ese ayo.
-
Cristo es el fin de la ley (τέλος νόμου) para justicia a todo aquel que cree (Rom 10:4).
Estas afirmaciones fueron interpretadas por algunos como un rechazo total de la Ley mosaica (una postura conocida como anomianismo, es decir, “sin ley”). Sin embargo, Pablo no promueve el libertinaje, sino una nueva obediencia espiritual basada en el amor y la guía del Espíritu (cf. Rom 8:1–4).
Este enfoque generó una profunda división entre:
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Los judeocristianos, que veían la ley (y el sábado) como parte integral del pacto con Dios.
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Los cristianos paulinos, especialmente gentiles, que consideraban que ya no estaban obligados a observar la Ley ceremonial o el sábado judío, y se reunían libremente en domingo.
d) Conflicto con el judaísmo
Tras la destrucción del Templo en el año 70 y especialmente después de la revuelta de Bar Kojba (132–135), el judaísmo rabínico se reestructuró y expulsó formalmente a los cristianos de las sinagogas, debido a su fe en Jesús como Mesías y su creciente diferenciación.
-
Se añadieron maldiciones contra los “minim” (herejes) en la Amidá (oración diaria).
-
Jerusalén fue transformada en Aelia Capitolina, ciudad pagana, y se prohibió la entrada a los judíos.
Ante esta hostilidad, los cristianos gentiles comenzaron a distinguirse más claramente del judaísmo, enfatizando el domingo como día de identidad cristiana, diferenciándose del sábado judío, que ahora se asociaba con la “antigua alianza” o incluso con la “sinagoga de Satanás” (Apoc 2:9).
e) Testimonios patrísticos tempranos
-
Ignacio de Antioquía (ca. 110), en su carta a los Magnesios, habla de que los cristianos “ya no viven según el sábado, sino según el día del Señor” (Magnesios 9:1), aunque no niega el valor espiritual del sábado.
-
Justino Mártir (ca. 150), en su Diálogo con Trifón, discute extensamente por qué los cristianos no están obligados a guardar el sábado, argumentando que la ley fue dada por causa de la dureza de corazón y que el verdadero reposo se halla en Cristo.
-
Epístola de Bernabé (ca. 130), de tendencia alegórica, afirma que el séptimo día se cumplirá escatológicamente, pero que ahora se celebra el octavo día (domingo), día de la nueva creación.
En el siglo II, la observancia del domingo se extendió entre las iglesias gentiles como símbolo de la nueva creación, la resurrección y la distinción frente al judaísmo.
-
La observancia del sábado persistió en las comunidades judeocristianas, pero fue marginada y luego estigmatizada por el cristianismo emergente de matriz romana.
-
El conflicto teológico subyacente estaba vinculado a cómo se entendía la Ley, el pacto, la identidad mesiánica y la continuidad (o no) con el pueblo judío.
Este proceso marcaría una ruptura progresiva entre el cristianismo y el judaísmo, y pondría las bases para el establecimiento del domingo como día oficial de culto, proceso que culminaría siglos más tarde con Constantino (321) y los concilios imperiales.
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La observancia del sábado persistió en las comunidades judeocristianas, pero fue marginada y luego estigmatizada por el cristianismo emergente de matriz romana.
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El conflicto teológico subyacente estaba vinculado a cómo se entendía la Ley, el pacto, la identidad mesiánica y la continuidad (o no) con el pueblo judío.
Este proceso marcaría una ruptura progresiva entre el cristianismo y el judaísmo, y pondría las bases para el establecimiento del domingo como día oficial de culto, proceso que culminaría siglos más tarde con Constantino (321) y los concilios imperiales.
SIGLO III: LA IGLESIA COMPROMETIDA
Iglesia del Apocalipsis: Pérgamo
“Yo sé dónde habitas, donde está el trono de Satanás… pero tienes allí a los que retienen la doctrina de Balaam… arrepiéntete” (Apoc. 2:13–16)
Este siglo representa la etapa de tensiones entre la fidelidad al evangelio y la creciente tentación de adaptación al mundo romano. El cristianismo se encuentra atrapado entre persecuciones violentas y procesos internos de institucionalización. La teología se profundiza, la organización eclesial se formaliza, y aparecen tanto mártires como teólogos influyentes. Se acentúan las diferencias entre la Gran Iglesia y otros movimientos (herejías, judeocristianismos, grupos gnósticos), mientras el imperio comienza a ver al cristianismo como una amenaza estructural.
Iglesia del Apocalipsis: Pérgamo
“Yo sé dónde habitas, donde está el trono de Satanás… pero tienes allí a los que retienen la doctrina de Balaam… arrepiéntete” (Apoc. 2:13–16)
Este siglo representa la etapa de tensiones entre la fidelidad al evangelio y la creciente tentación de adaptación al mundo romano. El cristianismo se encuentra atrapado entre persecuciones violentas y procesos internos de institucionalización. La teología se profundiza, la organización eclesial se formaliza, y aparecen tanto mártires como teólogos influyentes. Se acentúan las diferencias entre la Gran Iglesia y otros movimientos (herejías, judeocristianismos, grupos gnósticos), mientras el imperio comienza a ver al cristianismo como una amenaza estructural.
1. Comunidades Cristianas
Durante el siglo III, las comunidades cristianas se extendieron notablemente por todo el Imperio romano:
-
En el oeste: Roma, Cartago, Lyon, Hispania, Galia, Germania.
-
En el este: Alejandría, Cesarea, Antioquía, Jerusalén, Capadocia, Armenia, Mesopotamia, Arabia y Persia.
-
Surgen iglesias en zonas rurales (paganus = campesino), aunque la mayoría siguen siendo urbanas.
El cristianismo era ya una red internacional organizada con una identidad más uniforme, aunque aún sin poder estatal. La multiplicación de obispos, concilios regionales y comunicación epistolar consolidó la red de comunión doctrinal.
Durante el siglo III, las comunidades cristianas se extendieron notablemente por todo el Imperio romano:
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En el oeste: Roma, Cartago, Lyon, Hispania, Galia, Germania.
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En el este: Alejandría, Cesarea, Antioquía, Jerusalén, Capadocia, Armenia, Mesopotamia, Arabia y Persia.
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Surgen iglesias en zonas rurales (paganus = campesino), aunque la mayoría siguen siendo urbanas.
El cristianismo era ya una red internacional organizada con una identidad más uniforme, aunque aún sin poder estatal. La multiplicación de obispos, concilios regionales y comunicación epistolar consolidó la red de comunión doctrinal.
2. Creencias y Costumbres
a) Doctrina compartida
-
Unidad de Dios, paternidad creadora.
-
Divinidad plena de Cristo, pero en tensión con su subordinación (tema discutido en la pre-arrianismo).
-
Salvación por la gracia, mediada por la fe, la Iglesia y los sacramentos.
-
Esperanza en la vida eterna, juicio final, resurrección de los muertos.
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Unidad de Dios, paternidad creadora.
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Divinidad plena de Cristo, pero en tensión con su subordinación (tema discutido en la pre-arrianismo).
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Salvación por la gracia, mediada por la fe, la Iglesia y los sacramentos.
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Esperanza en la vida eterna, juicio final, resurrección de los muertos.
b) Prácticas comunitarias
-
El bautismo era por inmersión, precedido por un catecumenado de 1 a 3 años.
-
La Eucaristía era el centro del culto, celebrada generalmente los domingos, con oraciones fijas, lecturas y acción de gracias.
-
Ayunos en miércoles y viernes; cuaresma antes de Pascua.
-
Veneración de mártires, relicarios y sus aniversarios (dies natalis).
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El bautismo era por inmersión, precedido por un catecumenado de 1 a 3 años.
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La Eucaristía era el centro del culto, celebrada generalmente los domingos, con oraciones fijas, lecturas y acción de gracias.
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Ayunos en miércoles y viernes; cuaresma antes de Pascua.
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Veneración de mártires, relicarios y sus aniversarios (dies natalis).
c) Vida ética
-
Castidad, rechazo de infanticidio, aborto, espectáculos paganos, y juramentos a los dioses.
-
Prácticas de caridad organizadas (diáconos y diaconisas), hospitales, ayuda a pobres, viudas, huérfanos.
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Castidad, rechazo de infanticidio, aborto, espectáculos paganos, y juramentos a los dioses.
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Prácticas de caridad organizadas (diáconos y diaconisas), hospitales, ayuda a pobres, viudas, huérfanos.
3. Canon Bíblico
Se consolida la aceptación de un corpus cerrado de Escrituras, aunque con algunas variaciones regionales:
Se consolida la aceptación de un corpus cerrado de Escrituras, aunque con algunas variaciones regionales:
a) Escrituras aceptadas universalmente:
-
Los cuatro evangelios (Mateo, Marcos, Lucas, Juan).
-
Cartas paulinas.
-
Hechos, 1 Pedro, 1 Juan, Apocalipsis.
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Los cuatro evangelios (Mateo, Marcos, Lucas, Juan).
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Cartas paulinas.
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Hechos, 1 Pedro, 1 Juan, Apocalipsis.
b) Escritos discutidos o de uso limitado:
-
Hebreos, Santiago, 2 Pedro, 2 y 3 Juan, Judas, Apocalipsis (especialmente en oriente).
-
Didajé, Pastor de Hermas, 1 Clemente: todavía leídos, pero ya excluidos del canon oficial.
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Hebreos, Santiago, 2 Pedro, 2 y 3 Juan, Judas, Apocalipsis (especialmente en oriente).
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Didajé, Pastor de Hermas, 1 Clemente: todavía leídos, pero ya excluidos del canon oficial.
c) Rechazo de escritos apócrifos y gnósticos
-
Evangelios de Tomás, Felipe, Judas, y otros gnósticos fueron descartados por no ajustarse a la tradición apostólica.
-
Evangelios de Tomás, Felipe, Judas, y otros gnósticos fueron descartados por no ajustarse a la tradición apostólica.
d) Formación del canon
-
Orígenes de Alejandría y otros comenzaron a listar libros canónicos y deuterocanónicos.
-
Hacia 250, la mayoría de las iglesias ya leían el NT en forma muy similar al canon actual.
-
Orígenes de Alejandría y otros comenzaron a listar libros canónicos y deuterocanónicos.
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Hacia 250, la mayoría de las iglesias ya leían el NT en forma muy similar al canon actual.
4. Estructura de Autoridad
La jerarquía eclesiástica se consolida con autoridad definida:
La jerarquía eclesiástica se consolida con autoridad definida:
a) Obispos
-
Autoridad sobre la doctrina, liturgia y disciplina.
-
Representantes de la unidad de la Iglesia local.
-
Cartago (Cipriano), Alejandría (Dionisio), Roma (Esteban), Antioquía: centros episcopales fuertes.
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Autoridad sobre la doctrina, liturgia y disciplina.
-
Representantes de la unidad de la Iglesia local.
-
Cartago (Cipriano), Alejandría (Dionisio), Roma (Esteban), Antioquía: centros episcopales fuertes.
b) Presbíteros y diáconos
-
Los presbíteros colaboran con el obispo en enseñanza y sacramentos.
-
Los diáconos sirven en la caridad, el orden litúrgico y las finanzas.
-
Los presbíteros colaboran con el obispo en enseñanza y sacramentos.
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Los diáconos sirven en la caridad, el orden litúrgico y las finanzas.
c) Sínodos regionales
-
Se celebran regularmente, especialmente en África y Asia Menor.
-
Deciden sobre cuestiones doctrinales, penitenciales y canónicas.
-
Se celebran regularmente, especialmente en África y Asia Menor.
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Deciden sobre cuestiones doctrinales, penitenciales y canónicas.
d) Colegialidad episcopal
-
Se refuerza la comunión entre obispos como garantes de la ortodoxia.
-
Comienza a emerger una primacía de hecho del obispo de Roma, aunque no de derecho.
-
Se refuerza la comunión entre obispos como garantes de la ortodoxia.
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Comienza a emerger una primacía de hecho del obispo de Roma, aunque no de derecho.
5. Herejías y Tensiones Internas
El siglo III es crítico para la definición de la fe ortodoxa. Las herejías más notables:
El siglo III es crítico para la definición de la fe ortodoxa. Las herejías más notables:
a) Modalismo (Sabelianismo)
-
Negaba la distinción entre Padre, Hijo y Espíritu.
-
Dios sería una sola persona que se manifiesta en tres modos.
-
Rechazado por Tertuliano y Orígenes como contrario al testimonio bíblico.
-
Negaba la distinción entre Padre, Hijo y Espíritu.
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Dios sería una sola persona que se manifiesta en tres modos.
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Rechazado por Tertuliano y Orígenes como contrario al testimonio bíblico.
b) Adopcionismo / Subordinacionismo
-
Algunos autores afirmaban que Cristo fue adoptado por Dios en el bautismo, negando su divinidad eterna.
-
Otros enseñaban que el Hijo era divino pero subordinado al Padre (como en Orígenes).
-
Algunos autores afirmaban que Cristo fue adoptado por Dios en el bautismo, negando su divinidad eterna.
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Otros enseñaban que el Hijo era divino pero subordinado al Padre (como en Orígenes).
c) Novacianismo
-
Movimiento rigorista surgido en Roma.
-
Negaba la readmisión de los lapsi (cristianos que negaron su fe durante las persecuciones).
-
Formó una iglesia cismática paralela en Roma.
-
Movimiento rigorista surgido en Roma.
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Negaba la readmisión de los lapsi (cristianos que negaron su fe durante las persecuciones).
-
Formó una iglesia cismática paralela en Roma.
d) Maniqueísmo
-
Sistema dualista gnóstico fundado por Mani.
-
Mezcla de cristianismo, zoroastrismo y budismo.
-
Muy influyente en el este, combatido por la Iglesia.
-
Sistema dualista gnóstico fundado por Mani.
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Mezcla de cristianismo, zoroastrismo y budismo.
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Muy influyente en el este, combatido por la Iglesia.
6. Doctrinas Desarrolladas
a) Trinitarismo pre-niceno
-
Tensión entre la unidad de Dios y la distinción entre Padre, Hijo y Espíritu.
-
Orígenes desarrolla la doctrina de la generación eterna del Hijo, pero con subordinación ontológica.
-
Tertuliano utiliza por primera vez el término “Trinitas”.
-
Tensión entre la unidad de Dios y la distinción entre Padre, Hijo y Espíritu.
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Orígenes desarrolla la doctrina de la generación eterna del Hijo, pero con subordinación ontológica.
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Tertuliano utiliza por primera vez el término “Trinitas”.
b) Cristología
-
Se fortalece la enseñanza de la verdadera divinidad y humanidad de Cristo.
-
Contra herejías docetistas y adopcionistas.
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Se fortalece la enseñanza de la verdadera divinidad y humanidad de Cristo.
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Contra herejías docetistas y adopcionistas.
c) Eclesiología
-
La Iglesia es una, santa, católica y apostólica.
-
Extra Ecclesiam nulla salus (“fuera de la Iglesia no hay salvación”) — Cipriano de Cartago.
-
La Iglesia es una, santa, católica y apostólica.
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Extra Ecclesiam nulla salus (“fuera de la Iglesia no hay salvación”) — Cipriano de Cartago.
d) Penitencia
-
Se formaliza el sistema penitencial: confesión pública, reconciliación post-persecución.
-
Debate sobre lapsi: controversia entre indulgencia y rigorismo.
-
Se formaliza el sistema penitencial: confesión pública, reconciliación post-persecución.
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Debate sobre lapsi: controversia entre indulgencia y rigorismo.
7. Concilios y Sínodos
-
Cartago (varios, con Cipriano): disciplina eclesiástica, lapsi, bautismo hereje.
-
Antioquía: combate al sabelianismo y otros errores trinitarios.
-
Sínodos en Roma, Cesarea, Alejandría y África.
Los sínodos aún no son ecuménicos, pero sientan las bases para los concilios del siglo IV.
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Cartago (varios, con Cipriano): disciplina eclesiástica, lapsi, bautismo hereje.
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Antioquía: combate al sabelianismo y otros errores trinitarios.
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Sínodos en Roma, Cesarea, Alejandría y África.
Los sínodos aún no son ecuménicos, pero sientan las bases para los concilios del siglo IV.
8. Persecuciones
a) Persecución de Decio (250–251)
-
Primer intento sistemático de erradicar el cristianismo.
-
Obligación de sacrificar a los dioses imperiales bajo pena de muerte.
-
Muchos “lapsi” generaron crisis en la Iglesia.
-
Primer intento sistemático de erradicar el cristianismo.
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Obligación de sacrificar a los dioses imperiales bajo pena de muerte.
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Muchos “lapsi” generaron crisis en la Iglesia.
b) Persecución de Valeriano (257–260)
-
Ataque dirigido contra clero y propiedades eclesiásticas.
-
Martirio de Cipriano de Cartago.
-
Ataque dirigido contra clero y propiedades eclesiásticas.
-
Martirio de Cipriano de Cartago.
c) Persecución de Diocleciano (inicios en 284)
-
Se prepara el escenario para la gran persecución de comienzos del siglo IV.
-
Destrucción de iglesias, Escrituras y ejecuciones.
-
Se prepara el escenario para la gran persecución de comienzos del siglo IV.
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Destrucción de iglesias, Escrituras y ejecuciones.
9. Prácticas de Reunión y Culto: identidad gentil, institucionalización y distanciamiento del judaísmo
a) De la herencia apostólica a una identidad gentil emergente
A lo largo del siglo II y consolidándose en el III, el cristianismo experimentó una transformación profunda. El cambio más decisivo no fue tanto doctrinal en sentido formal, sino sociológico y cultural: la comunidad gentil pasó a ser claramente mayoritaria, desplazando al cristianismo de matriz judía, tanto en número como en influencia.
-
Si en el siglo I coexistían distintas corrientes cristianas (judeocristianos, paulinos, helenistas), en el siglo III, la matriz eclesial dominante ya no era la de Jerusalén, sino la de Roma, Alejandría y Antioquía, donde el cristianismo gentil helenizado se había institucionalizado.
-
Esta transformación llevó a un cambio no solo de idioma (del arameo/hebreo al griego y al latín), sino de categorías mentales, sensibilidad cultural y prioridades doctrinales.
b) El domingo y el culto como marcadores identitarios
-
La consolidación del domingo como día central de reunión y adoración (ya iniciada en el siglo II), no fue principalmente una ordenanza apostólica, sino una forma de distinguirse del judaísmo, cada vez más rechazado por el mundo gentil.
-
Celebrar la Eucaristía el “día del Señor” (domingo) fue menos una continuidad con el séptimo día bíblico, y más una creación de una nueva identidad religiosa, centrada en la resurrección, desligada del calendario judío.
-
Se trataba de construir una comunidad visible con sus propios signos externos, menos ligada al Israel de la carne y más abierta al mundo grecorromano.
c) Filosofía helenista y reinterpretación del mensaje mesiánico
Una de las grandes tensiones de los siglos II y III fue la inculturación del mensaje cristiano: ¿cómo predicar a un Mesías crucificado y resucitado a un público educado en la filosofía estoica, platónica o neoplatónica?
-
Las nuevas prácticas litúrgicas (liturgias eucarísticas, lecturas públicas, himnos, doxologías) comenzaron a adoptar formas retóricas y simbólicas familiares al culto grecorromano, aunque despojadas de idolatría.
-
En la teología, pensadores como Justino Mártir, Clemente de Alejandría y Orígenes buscaron sistematizar la fe cristiana usando las herramientas conceptuales de Platón, Aristóteles y los estoicos.
-
Esto dio lugar a una reinterpretación del Mesías no tanto como el esperado libertador de Israel, sino como el Logos eterno, la Razón divina universal que ilumina a todos los hombres.
Este cambio hizo que la cruz ya no fuera un escándalo (como lo era para los judíos), sino un símbolo de redención espiritual y de triunfo sobre la carne, aceptable dentro del marco filosófico helenista.
d) Hostilidad gentil hacia el judaísmo y teología antisemitizante
El antisemitismo grecorromano no comenzó con el cristianismo, pero fue adoptado, reforzado y teologizado por la Iglesia gentil institucionalizada:
-
La revuelta de Bar Kojba (132–135 d.C.) y la posterior expulsión de los judíos de Jerusalén alimentaron la hostilidad general contra los judíos como pueblo “rebelde”.
-
Para la mayoría de los cristianos gentiles del siglo III, los judíos eran ya los “asesinos de Cristo”, culpables de rechazar su propio Mesías.
-
En consecuencia, se produjo una reinterpretación radical de la teología paulina: se dejó de ver a Pablo como defensor de la continuidad con el judaísmo (cf. Rom 11:1–24), y se lo presentó como el apóstol que “abolió la Ley”.
Esto facilitó una teología de reemplazo (posteriormente llamada “teología de la sustitución”), donde:
-
La Iglesia gentil se entendía como el “nuevo Israel”.
-
El antiguo pacto era visto como caduco, y su observancia (incluido el sábado) como una señal de obstinación espiritual.
-
Toda herencia judía (ritual, calendárica, escatológica) era reinterpretada, neutralizada o directamente suprimida.
e) La institucionalización como canal exclusivo de salvación
En paralelo con el rechazo a la identidad judía y la teología de la Ley, el cristianismo del siglo III promovió una nueva teología de la gracia canalizada exclusivamente por la Iglesia institucional:
-
Ya no bastaba creer en Cristo; había que estar en comunión con el obispo, participar de la Eucaristía y estar dentro de los márgenes disciplinarios de la “Iglesia Católica”.
-
Esta idea aparece fuertemente en Cipriano de Cartago, quien afirma:
“Nadie puede tener a Dios por Padre si no tiene a la Iglesia por madre” (De unitate ecclesiae, 6).
-
El obispo es el garante de la comunión con Cristo y con la verdad: “Extra Ecclesiam nulla salus” (“Fuera de la Iglesia no hay salvación”).
Este giro institucionalista no es meramente eclesiológico, sino también soteriológico: la gracia ya no fluye primariamente por la fe personal o la experiencia directa del Espíritu, sino por los canales visibles, jerárquicos y sacramentales de la Iglesia.
A lo largo del siglo III, el cristianismo:
-
Se desliga completamente de sus raíces judías.
-
Se presenta al mundo grecorromano como una alternativa culta, ética y universal a la religión pagana y a la filosofía antigua.
-
Redefine la figura de Jesús como Logos eterno, y su mensaje como una revelación cósmica, más que una restauración de Israel.
-
Reconfigura la Iglesia como un cuerpo jerárquico, litúrgico y normativo, capaz de mediar la gracia mediante obispos, concilios y sacramentos.
El precio de esta transformación fue alto: la memoria del Mesías judío crucificado por el mundo fue eclipsada por la imagen del Salvador helenista triunfante que ofrece vida eterna a quienes acepten el orden de la Iglesia romana.
SIGLO IV: LA IGLESIA IMPERIAL
Iglesia del Apocalipsis: Tiatira
“Tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras a Jezabel… que enseña y seduce… pero a los que no tienen esa doctrina, os digo: no os impondré otra carga” (Apoc. 2:20–24)
Tiatira representa una iglesia activa, fiel en muchas cosas, pero también tolerante con prácticas y enseñanzas desviadas. El siglo IV expresa esa ambigüedad: el cristianismo alcanza una posición de poder sin precedentes, pero también comienza a absorber elementos de ambición, control, corrupción y dogmatismo que marcarán su desarrollo posterior. Es el siglo del Concilio de Nicea, de Constantino, de los Padres Capadocios y del auge del monacato como respuesta espiritual al acomodo imperial.
1. Comunidades Cristianas
A inicios del siglo IV, las comunidades cristianas estaban presentes en todo el Imperio romano, tanto en Oriente como en Occidente:
-
Iglesias fuertes: Roma, Cartago, Alejandría, Antioquía, Jerusalén, Cesarea.
-
Expansión en regiones fronterizas: Armenia (primer reino oficialmente cristiano, 301), Nubia, Etiopía, Persia, Galia, Britania.
-
Surge una red de diócesis y metrópolis organizadas, con obispos y sínodos regionales.
Con la conversión de Constantino (312) y el Edicto de Milán (313), las comunidades cristianas pasan de la clandestinidad a una posición protegida y finalmente privilegiada.
2. Transformación del culto: del cristianismo semítico al culto imperial helenizado
a) Del culto semítico a la liturgia imperial helenista
El culto cristiano del siglo I al III era esencialmente semítico: centrado en la Palabra, oración, lectura de las Escrituras, partimiento del pan, ayunos, himnos y enseñanzas en casas o espacios sobrios. A partir del siglo IV, esto cambia radicalmente:
-
La liturgia adopta la forma de los cultos cívico-religiosos grecorromanos: incienso, procesiones, coros antifonales, arcos triunfales, arquitectura basilical.
-
Se introducen vestiduras litúrgicas semejantes a las de sacerdotes paganos, oraciones de intercesión con fórmulas repetitivas, cánticos con acompañamiento instrumental y uso ritual del latín/greco.
Este proceso fue una cristianización de las formas tradicionales religiosas del Imperio, con el fin de facilitar la conversión masiva de paganos sin un cambio profundo de mentalidad. La antigua religión del Imperio se transformó, simbólicamente, en “cristianismo”, pero conservando estructuras culturales y de poder preexistentes.
b) Canonización y veneración de mártires
-
Con la paz constantiniana (313), los mártires son exaltados como héroes espirituales y mediadores ante Dios.
-
Se construyen basílicas sobre sus tumbas, se conservan sus huesos (reliquias), se celebran sus aniversarios.
-
La veneración de los mártires y su intervención por los vivos reemplaza, en la práctica, la intercesión de Cristo.
Esto encajaba perfectamente con las expectativas paganas de patronazgo espiritual, oráculos, mediación divina y culto a héroes, facilitando una “transición sin ruptura” entre la religiosidad pagana y el cristianismo popular.
c) Creación del sacerdocio cristiano y del monacato
-
En el siglo IV se establece la figura del “sacerdote cristiano” (presbítero), que ya no es solo anciano-líder, sino mediador entre Dios y los fieles, función antes exclusiva de Cristo según Hebreos.
-
Su papel se formaliza litúrgicamente: solo él consagra, administra sacramentos y “hace presente” a Cristo.
-
El monacato, originado como protesta espiritual contra la mundanización de la Iglesia, termina institucionalizándose: se regula, se jerarquiza, se vincula a los obispos.
-
Muchos elementos del ascetismo monástico recuerdan prácticas religiosas egipcias, pitagóricas o platónicas: retiro del mundo, castidad, oración continua, ayuno, iluminación interior.
d) Reinterpretación del bautismo y de la Eucaristía
-
El bautismo ya no es solo una confesión de fe y recepción del Espíritu, sino una “regeneración mística” asociada a una liturgia sacramental más elaborada, con exorcismos, óleo, agua bendita y fórmulas mágicas.
-
La Eucaristía se transforma en sacrificio expiatorio ofrecido por el sacerdote a Dios, con la idea de “comer el cuerpo literal” de Cristo (realismo eucarístico).
Se introduce el concepto de “presencia real” y se descarta la participación comunitaria de todos los creyentes en favor de un consumo pasivo.
3. Canon bíblico: pluralidad, disputas y mitos sobre su origen
a) Existencia de múltiples cánones
Hasta el siglo IV existían varias listas canónicas: el canon sirio (Peshitta), el canon alejandrino, el canon africano, y otros.
El NT variaba: algunos incluían libros como 1 Clemente, el Pastor de Hermas, la Didajé, o el Apocalipsis de Pedro; otros dudaban de Hebreos, Santiago, 2 Pedro o el Apocalipsis.
Estas colecciones reflejaban tradiciones locales, no decisiones universales.
b) El papel de Atanasio y los concilios africanos
Atanasio (367) fue el primero en listar exactamente los 27 libros del NT.
Los concilios de Hipona (393) y Cartago (397) ratificaron este canon en el occidente latino.
Sin embargo, en oriente aún hubo diferencias hasta el siglo VI.
c) El mito del papa Dámaso I
La afirmación moderna de que “la Iglesia romana dio la Biblia” proviene de una lectura anacrónica de la historia.
Dámaso I (366–384) encargó a Jerónimo una nueva traducción latina de las Escrituras, la Vulgata, pero no fijó el canon por decreto papal infalible.
El canon fue fruto de un consenso progresivo, no de una imposición monárquica.
4. Jerarquía eclesiástica: el modelo autoritario imperial
a) La Iglesia adopta la estructura del Estado imperial
El obispo es equiparado a un gobernador, con sede, corte, secretarios y palacio episcopal.
El metropolitano gobierna varias diócesis; los patriarcas gobiernan regiones enteras.
El emperador convoca concilios y ratifica sus decisiones, dando carácter jurídico a la doctrina.
b) La Iglesia administra la salvación
Se afirma que la gracia fluye a través de la jerarquía, no directamente desde Cristo.
La mediación de la Virgen, los santos, los mártires y los clérigos reemplaza la acción directa del Espíritu en el creyente.
La penitencia pública es sustituida por el sistema sacramental jerárquico.
c) Los concilios como órganos político-religiosos
El emperador impone la unidad religiosa como base del orden imperial.
Las herejías son perseguidas como delitos contra el Estado.
Los concilios (Nicea, Constantinopla) reflejan tanto debates teológicos genuinos como intereses imperiales de control y homogeneidad.
5. Herejías y Tensiones Internas
El siglo IV es el siglo de las grandes controversias cristológicas y trinitarias:
a) Arrianismo:
-
Afirmaba que el Hijo era una criatura sublime, pero no de la misma sustancia que el Padre.
-
Muy extendido en el Este, incluso entre sectores del poder imperial.
-
Condenado en el Concilio de Nicea (325): se afirma que el Hijo es “ὁμοούσιος” (de la misma esencia) con el Padre.
b) Semi-arrianismo:
-
Postura intermedia: el Hijo es “ὁμοιουσιος” (de esencia parecida).
-
Combatido por los Padres Capadocios (Basilio, Gregorio de Nisa, Gregorio Nacianceno).
c) Apolinarismo:
-
Negaba que Cristo tuviera alma humana racional: suplantada por el Logos.
-
Condenado en el Concilio de Constantinopla (381).
d) Donatismo (África del Norte):
-
Defendía la pureza absoluta del clero y los sacramentos.
-
Sostenía que los lapsi (traidores durante persecución) no podían volver a ejercer.
-
Rechazado por la Iglesia oficial (Agustín será clave en el siglo V para refutarlo).
6. Doctrinas desarrolladas
a) Dogmas trinitarios
-
Nicea (325): Jesús es consustancial (ὁμοούσιος) al Padre.
-
Constantinopla (381): el Espíritu Santo es igualmente divino.
-
Se introduce un lenguaje técnico: ousía, hypostasis, prosopon, que aleja la comprensión teológica del creyente común.
b) Dogmas cristológicos
-
Contra Apolinarismo: Cristo tiene alma humana racional.
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Se afirma que Jesús es completamente Dios y completamente hombre.
-
La doctrina se orienta hacia una Cristología ontológica, no tanto funcional ni narrativa como la de los primeros cristianos.
c) Soteriología y sacramentos
-
La salvación se vuelve dependiente de la participación en los sacramentos administrados por la Iglesia.
-
El bautismo es “nuevo nacimiento” sin el cual no hay salvación.
La Eucaristía es sacrificio perpetuo ofrecido por los sacerdotes.
7. Concilios (ampliado)
a) Concilio de Nicea (325)
Convocado por Constantino.
Condena a Arrio.
Establece el primer Credo de la Iglesia.
Uniformiza la fecha de Pascua, desechando el calendario judío.
b) Concilio de Constantinopla (381)
Ratifica y amplía el Credo niceno.
Condena a los macedonianos (negaban la divinidad del Espíritu Santo).
Da forma final al símbolo niceno-constantinopolitano.
Ambos concilios marcan el comienzo de la teología doctrinal de Estado, sancionada por el emperador y convertida en ley imperial.
8. Persecuciones
Aunque el siglo inicia con la persecución de Diocleciano (303–313), luego se convierte en un siglo de protección y promoción imperial:
-
Edicto de Milán (313): libertad religiosa para cristianos.
-
Teodosio I (380): cristianismo niceno declarado religión oficial del Imperio (Edicto de Tesalónica).
-
Comienza la persecución del paganismo y la supresión de cultos antiguos.
9. Prácticas de Reunión y Culto: consolidación gentil e imperial
a) Consolidación del domingo
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El domingo es establecido como día de descanso legal por Constantino (321).
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Asociado con la resurrección, la luz, el triunfo y el orden imperial.
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Se convierte en símbolo litúrgico de unidad cristiana y distanciamiento del judaísmo.
b) Marginación del sábado
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El sábado es abandonado en la práctica por la Gran Iglesia.
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Asociado con el judaísmo, considerado una observancia arcaica.
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Algunos padres (como Eusebio de Cesarea) reinterpretan el sábado como imagen del domingo escatológico.
c) Teología imperializada
-
El cristianismo imperial consolida una identidad teológica netamente gentil, donde la salvación está mediada por la Iglesia institucional.
La interpretación paulina es retraducida en clave neoplatónica: la Ley es abolida, la gracia se comunica por medios sacramentales, y la jerarquía eclesial es necesaria para la redención.
Resistencia al imperialismo eclesiástico: comunidades disidentes
a) Grupos cristianos resistentes
Iglesias de tradición montanista, novaciana, ebionita o pascualiana (quartodecimanos) resistieron la centralización doctrinal eclesiástica.
Algunas comunidades de Siria, Armenia, Asia Menor o Egipto mantuvieron una fe más carismática, profética o judaizante.
b) Doctrinas y prácticas conservadas
Rechazo del “sacerdocio” institucional y de la mediación sacramental.
Uso de textos y calendarios propios.
Retención del sábado, interpretación más simbólica de la Eucaristía, énfasis en la ética y el Espíritu.
c) Reacción de la Iglesia oficial
Estas comunidades fueron calificadas de “herejías” y perseguidas.
Se destruyeron sus libros, se prohibieron sus liturgias, se excluyeron sus líderes.
A menudo, la represión fue impulsada por obispos locales con apoyo imperial.
d) Mecanismos de imposición
Control de la educación (escuelas catequéticas).
Reforma litúrgica e imposición de usos oficiales.
Centralización del canon bíblico.
Veneración obligatoria de mártires “ortodoxos”.
Supresión de textos considerados apócrifos o heterodoxos.
e) Factores político-sociales del cambio
El Imperio necesitaba una religión unificada que garantizara la lealtad y la cohesión social.
El cristianismo, al convertirse en religión oficial, asumió la función integradora del antiguo culto imperial.
El emperador, como “vicario de Cristo”, administraba el orden celestial desde el trono imperial.
SIGLO V: LA IGLESIA PERSEGUIDORA
Iglesia del Apocalipsis: Sardis
“Tienes nombre de que vives, pero estás muerto… sé vigilante, y afirma las cosas que quedan” (Apoc. 3:1–6)
Sardis representa una iglesia que mantiene las formas externas de vitalidad —ortodoxia, esplendor, autoridad— pero que ha perdido el dinamismo espiritual, la autenticidad evangélica y la frescura apostólica. El siglo V se caracteriza precisamente por eso: la plena integración entre Iglesia e Imperio, la consolidación doctrinal por medio de concilios dogmáticos, y la represión oficial contra toda forma de disidencia. Es también el siglo del surgimiento de una “cristiandad” imperial y romana, acompañada por la desintegración política del Imperio de Occidente.
1. Comunidades Cristianas
El cristianismo es ya religión dominante en el Imperio romano.
En el Imperio de Oriente (Bizancio), se fortalece el papel de Constantinopla como centro teológico y político.
En el Imperio de Occidente, las iglesias enfrentan el colapso imperial (saqueo de Roma en 410 y 455) y comienzan a erigirse en estructuras de estabilidad sociopolítica.
Iglesias establecidas en los reinos germánicos (visigodos, ostrogodos, vándalos), donde muchas élites eran arrianas, generando conflicto con el clero católico latino.
Continúa la cristianización de pueblos bárbaros en Galia, Britania, Hispania y norte de África, con la colaboración de obispos misioneros.
2. Creencias y Costumbres: esplendor externo, desvitalización interna
a) Uniformidad doctrinal oficial
La fe ortodoxa (nicena y cristológica) se convierte en obligación legal.
La doctrina se defiende por decretos imperiales, no por persuasión espiritual.
Toda disidencia —incluso antigua y piadosa— es catalogada como herejía política.
b) Esplendor litúrgico y popularización ritual
Se universaliza el calendario litúrgico con Navidad, Pascua, Pentecostés, fiestas de santos, martirios y dedicaciones.
Aumento del culto a la Virgen María como “Theotokos” (Madre de Dios), especialmente tras el Concilio de Éfeso (431).
Las basílicas se enriquecen: mosaicos, relicarios, imágenes (proto-iconografía).
El pueblo participa pasivamente en misas que ya no comprende (lengua latina o griega), con gestos rituales estandarizados.
c) Desvitalización interior
La vida cristiana se identifica con cumplir ritos, acudir al obispo y pertenecer a la estructura oficial.
La experiencia del Espíritu, la lectura personal de la Escritura y la transformación ética pierden centralidad.
3. Canon Bíblico
El canon de 27 libros del NT es prácticamente universal en el Imperio.
Las versiones latinas (la Vulgata) y sirias (Peshitta) son dominantes en sus respectivas áreas.
El canon ya no es tema de discusión abierta, sino parte del corpus doctrinal cerrado.
Textos extracanónicos y evangelios apócrifos son oficialmente prohibidos; muchos destruidos.
4. Estructura de Autoridad: monarquía espiritual y poder temporal
a) Consolidación de la jerarquía como cuerpo autoritario
El obispo de Roma (el “papa”) comienza a ejercer primacía efectiva sobre Occidente, apoyado en el argumento de la sucesión petrina.
Papa León I (440–461) impone con fuerza la autoridad doctrinal romana, interviniendo en concilios y asuntos imperiales.
El clero forma ya una clase social con privilegios, inmunidades y funciones judiciales y administrativas.
b) Iglesia como mediadora universal
Se afirma que solo a través de la Iglesia (su doctrina, sus sacramentos, sus jerarcas) se accede a la salvación.
Los santos, la Virgen y el clero reemplazan en la práctica el acceso directo a Cristo.
Las indulgencias, reliquias y sufragios por los muertos se popularizan como medios de gracia.
c) Clericalización total
El sacerdocio se convierte en una casta separada: célibes, jerárquicamente organizados, ritualistas.
La liturgia se convierte en un acto sagrado exclusivo, inaccesible al pueblo común.
Se institucionaliza la doctrina de la transubstanciación (aunque no aún con ese término).
5. Herejías y Tensiones Internas
a) Nestorianismo
Enseñaba que en Cristo hay dos personas separadas (divina y humana).
Fue condenado en el Concilio de Éfeso (431).
Los seguidores fueron expulsados al este, especialmente a Persia y Asia Central, donde fundaron la Iglesia Nestoriana o Asiria del Oriente.
b) Monofisismo
Afirmaba que la naturaleza humana de Cristo fue absorbida por la divina (una sola “physis” divina encarnada).
Rechazado en el Concilio de Calcedonia (451), que afirmó las dos naturalezas de Cristo (divina y humana) en una sola persona.
Aunque condenado, el monofisismo continuó en Egipto, Siria y Armenia (iglesias no calcedonianas).
c) Reacción de la Iglesia imperial
Ambas doctrinas fueron condenadas no solo como errores teológicos, sino como traiciones políticas.
Las iglesias que rechazaron Calcedonia fueron perseguidas y excomulgadas, consolidando una profunda división entre oriente y occidente.
6. Doctrinas Desarrolladas: dogmas imperiales y espiritualidad jerarquizada
a) Cristología Calcedoniana (451)
Definición clásica: “una sola persona en dos naturalezas, sin confusión, sin cambio, sin división ni separación”.
Esta fórmula buscaba preservar el equilibrio entre divinidad y humanidad en Cristo, pero reflejaba un ideal filosófico más que una visión bíblica narrativo-relacional.
b) Mariología
El título “Theotokos” (Madre de Dios) dado a María en Éfeso (431) marca el inicio formal del culto mariano.
María es vista como intercesora, mediadora de todas las gracias, y figura maternal de la Iglesia.
c) Eclesiología
Se identifica a la Iglesia con el Reino de Dios en la tierra.
El papa se convierte en “vicario de Cristo”, y los concilios en “órganos del Espíritu”.
El pueblo debe obedecer al clero como a Dios mismo (doctrina de León I y otros).
7. Concilios: política disfrazada de teología
a) Concilio de Éfeso (431)
Convocado por Teodosio II.
Condena a Nestorio, reafirma el título mariano “Theotokos”.
Divide profundamente al cristianismo oriental.
b) Concilio de Calcedonia (451)
Convocado por Marciano.
Afirma la fórmula de dos naturalezas en Cristo.
Provoca la escisión con las iglesias de Egipto, Armenia, Etiopía y Siria.
Los concilios de este siglo, más que buscar el consenso espiritual, fueron herramientas para uniformar religiosamente el Imperio, favoreciendo la estabilidad política sobre la verdad evangélica.
8. Persecuciones
Ya no son los cristianos quienes son perseguidos, sino los disidentes: arrianos, monofisitas, nestorianos, montanistas, donatistas.
El poder eclesiástico coopera con el Estado para reprimir, encarcelar, exiliar o ejecutar a quienes se apartan de la “ortodoxia”.
Se destruyen libros, templos no calcedonianos, y se prohíben reuniones no autorizadas.
9. Reacciones y resistencias al poder imperial eclesial
a) Comunidades cristianas que resistieron
Iglesias no calcedonianas: armenios, coptos, jacobitas, etíopes.
Grupos disidentes como los priscilianistas (Hispania), pelagianos (Occidente), y algunos monásticos independientes.
Algunas comunidades continuaban celebrando el sábado, enseñaban libre albedrío y rechazaban la mediación sacramental.
b) Doctrinas y prácticas preservadas
Énfasis en la ética, el arrepentimiento personal y la gracia libre.
Autoridad de las Escrituras por encima de la tradición eclesiástica.
Liturgias más sencillas, participación comunitaria, profecía y lectura directa.
c) Reacción de la Iglesia institucional
Denuncia de “herejía”, represión, confiscación de propiedades, anatemas conciliares.
Imposición de la doctrina imperial como “apostólica”, aunque alejada de la praxis original de los apóstoles.
d) Mecanismos de imposición
Canonización estatal de los concilios como norma universal.
Control de la educación y la teología oficial.
Colaboración estrecha entre obispos y emperadores.
Mecanismos legales para silenciar la disidencia.
e) Trasfondo político y social
El Imperio necesitaba unificar ideológicamente su población ante el colapso económico y las amenazas bárbaras.
El cristianismo fue convertido en el último sostén ideológico del orden imperial, dejando de ser la comunidad de los pobres y perseguidos para convertirse en “la madre y maestra de naciones”.
📊 Cuadro comparativo: Fe apostólica (siglo I) vs Fe imperial (siglo V)
Aspecto | Fe Apostólica (siglo I) | Fe Imperial (siglo V) |
---|---|---|
Cristo | Mesías judío, maestro, Siervo sufriente, Salvador. | Logos eterno, Rey cósmico, imagen imperial del Pantocrátor. |
Relación con Dios | Directa, por medio de la fe, el arrepentimiento y la comunión con Cristo por el Espíritu. | Mediada por la Iglesia, los sacramentos, el clero, los santos y la Virgen. |
Acceso a la gracia | Por la fe viva, obediencia al evangelio, bautismo, comunidad. | Por los sacramentos administrados por el clero autorizado y en comunión con el papa y los concilios. |
Autoridad doctrinal | Escrituras, enseñanza apostólica, profetas y discernimiento comunitario. | Concilios imperiales, obispos metropolitanos, papa, canon cerrado e interpretación oficial. |
Estructura eclesial | Horizontal, liderada por presbíteros, diáconos y apóstoles itinerantes. | Jerarquía monárquica: papa, patriarcas, arzobispos, sacerdotes y diáconos; modelo imperial romano. |
Culto | Sencillo, en casas, centrado en la oración, la enseñanza y la Cena del Señor. | Liturgia espléndida en basílicas: incienso, cánticos, vestiduras, procesiones, iconografía, calendario fijo. |
Lenguaje teológico | Hebraico-semito, relacional y narrativo. | Griego-latino filosófico, técnico, ontológico (ousía, hypostasis, prosopon). |
Relación con el poder | Iglesia perseguida por el Imperio romano; marginalidad. | Iglesia aliada y sostenida por el Estado romano. |
Interpretación de la Ley | La Ley cumplida en Cristo, viva por el Espíritu; tensión con el judaísmo pero continuidad moral. | La Ley mosaica suplantada; antisemitismo teológico y político. |
Unidad de la Iglesia | Comunión en diversidad, dirigida por el Espíritu y el testimonio de Cristo. | Unidad obligatoria definida por concilios y la autoridad del papa; disidentes excomulgados. |
Doctrina mariana | María como madre del Mesías y ejemplo de fe. | María como "Madre de Dios", mediadora, intercesora y objeto de culto. |
Canon bíblico | En proceso, abierto, con criterios apostólicos y uso comunitario. | Cerrado, definido por concilios regionales y canon latino; uso litúrgico exclusivo. |
Vida cristiana | Énfasis en la conversión, santidad, amor fraternal y testimonio bajo persecución. | Cumplimiento ritual, adhesión externa, devoción sacramental e identificación política. |
🔄 Circunstancias que propiciaron el cambio (siglos II–V)
Crecimiento del cristianismo gentil, especialmente en contextos helenísticos y romanos que no compartían la sensibilidad judía.
Antisemitismo romano y teológico, especialmente tras las revueltas judías (66–135), que impulsó una ruptura y reinterpretación del AT.
Necesidad imperial de unidad ideológica para sostener la estabilidad política en medio de crisis económicas y militares.
Conversión de Constantino (312) y los edictos imperiales que dieron al cristianismo un rol público y estatal.
Imitación de las estructuras romanas en la Iglesia: jerarquía, legislación, administración, arquitectura, liturgia.
Participación del emperador en los concilios (Nicea, Constantinopla, Éfeso, Calcedonia) y uso del cristianismo como herramienta política.
Consolidación de la figura del papa de Roma como heredero de Pedro y líder doctrinal en Occidente.
Reformulación doctrinal en lenguaje filosófico grecolatino, que desplazó los conceptos bíblicos hacia categorías ontológicas.
👑 ¿Quién ejerció la autoridad doctrinal durante el proceso?
Elemento | Función |
---|---|
Emperadores cristianos | Convocaban concilios, imponían decisiones, legislaban sobre la fe. |
Concilios ecuménicos | Definían los dogmas obligatorios (Nicea, Constantinopla, Éfeso, Calcedonia). |
Papado romano | Defensor de la ortodoxia en Occidente, mediador de disputas, intérprete final. |
Obispos metropolitanos y patriarcas | Organizaban las regiones eclesiales, ejercían supervisión doctrinal. |
Teólogos imperiales (Agustín, León, Cirilo, etc.) | Formulaban conceptos teológicos en clave helenística. |
📉 Impacto sobre el cristianismo
Desplazamiento del cristocentrismo existencial hacia un sistema sacramental y jerárquico.
Persecución a los disidentes cristianos (nestorianos, monofisitas, donatistas, pelagianos) como herejes y enemigos del orden.
Expansión geográfica y política del cristianismo, pero pérdida de su carácter profético, ético y carismático.
Desvitalización espiritual, reemplazo del discipulado radical por la devoción formal y el culto a imágenes y reliquias.
Fundación de la cristiandad medieval, con el papa como soberano espiritual y el emperador como ejecutor de la fe.
Censura y olvido de los cristianos de tradición más antigua, que no aceptaron el modelo institucional romano.
Identificación progresiva entre fe y ciudadanía, donde ser cristiano significaba, en la práctica, pertenecer al Imperio.
SIGLO VI: LA IGLESIA DOMINANTE VS. IGLESIA DEL DESIERTO
"Has guardado mi palabra y no has negado mi nombre… yo te guardaré de la hora de la prueba" (Apoc. 3:8–10)
Filadelfia representa la fidelidad bajo presión. Es una iglesia sin reconocimiento institucional, pero con aprobación divina. En el siglo VI comienza la cristalización plena del cristianismo imperial (católico bizantino y romano), mientras que múltiples grupos fieles al espíritu apostólico sobreviven en la periferia, ocultos o perseguidos.
1. Comunidades Cristianas
Iglesia imperial | Iglesia marginada y perseguida |
---|---|
Consolidación del cristianismo estatal: bizantino en Oriente y católico-romano en Occidente. | Iglesias disidentes: coptos, armenios, jacobitas, montanistas tardíos, cristianos celtas, y comunidades rurales bíblicas. |
Patriarcados: Roma, Constantinopla, Alejandría, Antioquía, Jerusalén. | Comunidades locales independientes sin estructura jerárquica uniforme. |
Cristiandad = civilización cristiana: ser ciudadano = ser cristiano. | Iglesia entendida como comunión espiritual, no estructura legal. |
2. Creencias y Costumbres
Iglesia imperial | Iglesia marginada |
---|---|
Cristianismo sacramental, clerical, litúrgico, vinculado al orden imperial. | Cristianismo bíblico, ético, carismático, sin dependencia sacramental del clero. |
Celebración de la misa como sacrificio ofrecido por el sacerdote. | Cena del Señor como memorial comunitario, simbólico, sin consagración sacerdotal. |
Imposición del calendario litúrgico romano y bizantino. | Celebraciones irregulares, a menudo vinculadas a Pascua, sábado y eventos bíblicos. |
Veneración de santos, reliquias, procesiones. | Rechazo de prácticas no bíblicas; énfasis en la oración, el ayuno y la lectura de las Escrituras. |
Adopción del latín (Occidente) y griego (Oriente) como lenguas sagradas. | Uso de lenguas vernáculas, enseñanza directa, traducción oral o parcial de la Escritura. |
3. Canon Bíblico
Iglesia imperial | Iglesia marginada |
---|---|
Canon cerrado (27 libros NT), interpretado por el clero y adaptado a la teología dogmática. | Canon funcional basado en lectura directa, a menudo sin acceso a todos los libros. |
Escritura interpretada en clave alegórica, litúrgica, doctrinal. | Escritura interpretada literalmente, éticamente, como guía de vida. |
Prohibición de traducciones no autorizadas. | Traducción oral, rudimentaria, clandestina o en lengua común. |
4. Autoridad y estructura eclesial
Iglesia imperial | Iglesia marginada |
---|---|
Sistema jerárquico piramidal: papa/patriarca → arzobispo → obispo → presbítero. | Liderazgo comunitario horizontal: ancianos, maestros, profetas, sin sucesión apostólica formal. |
Clero como única vía de salvación y administración de gracia. | Cristo como mediador directo; clero no necesario para el perdón ni la fe. |
Alianza con el Estado para definir herejías y suprimir disidencias. | Hostilidad y clandestinidad ante el poder imperial y eclesiástico. |
5. Doctrinas y Herejías
Iglesia imperial | Iglesia marginada |
---|---|
Se impone la doctrina de Calcedonia: dos naturalezas en una persona (Cristo). | Iglesias no calcedonianas (coptos, armenios, sirios) perseguidas, aunque conservaban doctrinas bíblicas. |
Desarrollo de la mariología, culto a los santos, intercesión de reliquias. | Rechazo de la mediación de santos y María. Única intercesión: Cristo. |
Aparece la teología penitencial progresiva (penitencias públicas, indulgencias). | Énfasis en el arrepentimiento sincero, conversión personal, sin tarifas ni penitencias rituales. |
6. Prácticas de Reunión y Culto
Iglesia imperial | Iglesia marginada |
---|---|
Liturgia compleja, con misales, iconos, procesiones, incienso, vestiduras. | Culto sencillo: oración, lectura bíblica, himnos espontáneos, sin imágenes ni rituales elaborados. |
Calendario uniforme: cuaresma, Adviento, Pascua, fiestas marianas y de santos. | Fechas centradas en la Pascua, sábado, y eventos bíblicos claves. |
Culto como acto pasivo del pueblo, ejecutado por el sacerdote. | Culto participativo, comunitario, donde cada miembro tenía función activa (1 Cor 14). |
7. Concilios y legislación religiosa
Iglesia imperial | Iglesia marginada |
---|---|
Concilios bizantinos y sínodos romanos regulan fe, moral, disciplina, alianzas con el poder. | Rechazo de la autoridad de concilios no bíblicos; dependencia del discernimiento comunitario y espiritual. |
Las decisiones conciliares se imponen por fuerza imperial. | Las comunidades fieles las ignoran o las rechazan como falsificaciones del evangelio. |
Se promueve la uniformidad litúrgica y doctrinal bajo amenaza de anatemas y persecuciones. | Se valora la fidelidad a la Palabra por encima de la unidad visible institucional. |
8. Persecución y marginalización
Iglesia imperial | Iglesia marginada |
---|---|
Los “herejes” son excomulgados, exiliados, despojados de bienes, y a veces ejecutados. | Las comunidades bíblicas viven ocultas, desplazadas o refugiadas en montañas, desiertos o aldeas aisladas. |
Las iglesias no calcedonianas son discriminadas por el Imperio bizantino. | Muchas comunidades locales desarrollan vida paralela al cristianismo oficial, sin reconocimiento ni apoyo. |
9. Comunidades fieles a la Palabra vs Roma y Constantinopla
Resistencias organizadas:
Iglesias no calcedonianas: Coptos (Egipto), Armenios, Sirios jacobitas, Etíopes.
Iglesias monásticas independientes en Oriente y Occidente.
Tradición celta en Britania e Irlanda (Columba, Patricio).
Precursores posteriores como los Paulicianos en Armenia (s. VII), seguidores de prácticas apostólicas.
Doctrinas y prácticas preservadas:
Interpretación literal de las Escrituras.
Rechazo del culto a imágenes, María y los santos.
Participación activa de la comunidad, con énfasis en la vida ética y discipular.
Culto sencillo, sin elementos paganos ni ritualismo sacrificial.
Respuesta de la Iglesia imperial:
Acusación de herejía, anatemas, destrucción de libros y templos, exilio o martirio.
Supresión de comunidades enteras mediante alianzas con gobernantes regionales.
SIGLOS VII–XVIII: EL LARGO DOMINIO DE LA IGLESIA IMPERIAL
Este periodo representa el dominio casi total del cristianismo institucionalizado, tanto en Occidente (Iglesia Romana) como en Oriente (Iglesia Ortodoxa). La iglesia marginada, apostólica y fiel a la Palabra, sobrevive a duras penas en pequeñas comunidades ocultas o en movimientos que serán tachados de herejes.
📌 Contexto inicial: El surgimiento del islam y su impacto (siglo VII)
El surgimiento del islam en el siglo VII (610 d.C.) y su rápida expansión por Medio Oriente, norte de África, Persia y la península ibérica tuvo un impacto demoledor sobre las antiguas iglesias del Oriente cristiano. Muchas de ellas:
Fueron toleradas inicialmente como “gentes del Libro” bajo la condición de dhimmi (ciudadanos de segunda clase).
Al perder la protección del Imperio bizantino, quedaron aisladas y expuestas al dominio musulmán.
Algunas buscaron alianzas con Roma para protegerse, romanizándose litúrgica y doctrinalmente con el tiempo.
Otras fueron asimiladas cultural y lingüísticamente, o absorbidas por la expansión del islam.
Este proceso favoreció indirectamente la hegemonía de Roma al debilitar o eliminar muchos centros cristianos orientales que aún conservaban tradiciones más cercanas a la iglesia apostólica (como en Siria, Egipto, Armenia o el norte de África).
1. Comunidades cristianas (siglos VII–XVIII)
Iglesia imperial | Iglesia marginada y remanente |
---|---|
Expansión del catolicismo romano en Europa occidental: monarquías, cruzadas, clero feudal. | Cristianos “bíblicos” ocultos: paulicianos, bogomilos, cátaros, valdenses, anabautistas, cristianos bíblicos en Oriente. |
Iglesia ortodoxa bizantina en Oriente hasta 1453, luego bajo dominio otomano. | Iglesias orientales no calcedonianas bajo dominio islámico (coptos, armenios, asirios), cada vez más aisladas o romanizadas. |
Uso de la religión para justificar conquistas y colonización (cristianismo como poder imperial). | Grupos pequeños, perseguidos por católicos, ortodoxos y musulmanes. |
2. Creencias y costumbres
Iglesia imperial | Iglesia marginada |
---|---|
Cristianismo basado en sacramentos, jerarquía, teología escolástica. | Fe basada en la Escritura, vida sencilla, rechazo del poder y del ritualismo. |
Transubstanciación, indulgencias, penitencias, purgatorio, culto a santos. | Cena del Señor como memorial, arrepentimiento interior, sola Scriptura, Cristo como único intercesor. |
Obligación de participar en el sistema eclesial para evitar condenación eterna. | La salvación es por gracia, sin mediación de clero, sin necesidad de templos o imágenes. |
3. Canon y Escritura
Iglesia imperial | Iglesia marginada |
---|---|
La Biblia en latín (Vulgata), leída solo por el clero; el pueblo no tenía acceso. | Traducción de la Biblia a lenguas vernáculas: valesanos, hugonotes, anabautistas, etc. |
Interpretación oficial dependía de concilios, papas y teólogos (Agustín, Tomás). | Interpretación comunitaria, literal o espiritual, guiada por el Espíritu y el texto bíblico. |
Prohibición de tener la Biblia en lengua común (condena de Wycliffe, Tyndale, etc.). | Movimiento clandestino de traducción, copia y enseñanza bíblica. |
4. Autoridad y jerarquía
Iglesia imperial | Iglesia marginada |
---|---|
Papa como vicario de Cristo; obispos con poder civil, militar, judicial. | Rechazo del papado y de la autoridad humana como canal de gracia. |
Clero separado, célibe, privilegiado; el pueblo sin acceso a la enseñanza. | Comunidades de hermanos, liderazgo rotativo o local, sin jerarquía sagrada. |
La Iglesia como institución política y religiosa. | La Iglesia como cuerpo espiritual de creyentes fieles en todas partes. |
5. Doctrinas y herejías
Doctrinas imperiales (Roma y Constantinopla) | Doctrinas de la iglesia perseguida |
---|---|
Justificación por fe + obras + sacramentos. | Justificación solo por la fe (precursores: Valdenses, Wycliffe, Lutero, etc.). |
María como corredentora, culto a imágenes, relicarios, ritos. | Rechazo del culto mariano, iconoclasia, Biblia como única norma de fe y práctica. |
Persecución de disidentes por papas, reyes y concilios. | Testimonio bajo persecución; martirio, exilio, fidelidad a Cristo por encima de la institución. |
6. Prácticas de culto
Iglesia imperial | Iglesia perseguida |
---|---|
Liturgia en latín o griego; misas, misales, credos, fórmulas fijas. | Culto espontáneo o bíblicamente estructurado: oración, canto, lectura y exhortación comunitaria. |
Participación pasiva del laico. | Participación activa de todos los creyentes (cf. 1 Cor 14). |
Riqueza en templos, arte sacro, procesiones, velas, imágenes. | Reuniones en casas, bosques, cuevas o aldeas. Culto sin ídolos ni imágenes. |
7. Concilios, reformas y contrarreformas
Los concilios medievales y renacentistas (Latranos, Trento, etc.) codifican y endurecen la teología y disciplina romana.
Reforma protestante (siglo XVI): redescubrimiento de la Escritura, fe en Cristo, acceso libre a la Biblia.
Contrarreforma (siglo XVI–XVII): el catolicismo se endurece aún más, persigue a protestantes, refuerza el papado, expande misiones coloniales.
8. Persecución
Quema de Biblias y libros “heréticos”.
Ejecución de traductores (William Tyndale), reformadores (Hus, Savonarola), y mártires anabautistas.
Inquisición contra “herejías”: cátaros, valdenses, albigenses, luteranos, calvinistas, menonitas, etc.
Los imperios cristianos se vuelven perseguidores de cristianos bíblicos.
9. La desaparición del cristianismo apostólico oriental
El surgimiento del islam y su expansión entre los siglos VII–IX:
Cortó las rutas y comunicaciones entre oriente y occidente.
Dejó a las iglesias del oriente (coptas, asirios, armenios, sirios) sin contacto con occidente ni con sus bases originales.
Obligó a muchas de estas iglesias a someterse al dominio islámico como dhimmíes, debilitando su estructura.
Algunas aceptaron alianzas doctrinales o litúrgicas con Roma, convirtiéndose en ramas católicas orientales (como los maronitas o melquitas).
Otras fueron progresivamente absorbidas por el islam o reducidas a pequeños núcleos sin influencia.
Conclusión: siglos de oscuridad institucional y fidelidad marginal
Entre los siglos VII y XVIII, el cristianismo imperial se convirtió en una herramienta de control religioso, político y cultural. Mientras tanto, Dios conservó un remanente fiel, muchas veces marginado, perseguido o silenciado, que mantuvo:
La centralidad de la Escritura.
La fe en Cristo como único mediador.
La esperanza escatológica.
La vida ética y comunitaria guiada por el Espíritu.
Este remanente sería la base espiritual sobre la cual, siglos después, se produciría un nuevo despertar bíblico.
🔥 Apocalipsis 12 vs Apocalipsis 17: dos iglesias en conflicto
Aspecto | Apocalipsis 12: La Mujer fiel | Apocalipsis 17: La Mujer apóstata, la gran ramera |
---|---|---|
Descripción | Mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies, coronada de doce estrellas. | Mujer vestida de púrpura y escarlata, adornada con oro, copa en mano, montada sobre la bestia. |
Identidad simbólica | La Iglesia pura, perseguida, madre del Mesías y del remanente fiel. | Sistema religioso infiel, rico, aliado con los reyes de la tierra, embriagado con la sangre de los santos. |
Destino histórico | Huye al desierto, preservada por Dios, perseguida por el dragón. | Reina sobre muchas aguas, emborracha a las naciones, es destruida por la bestia que la sostenía. |
Relación con el poder | Perseguida por el poder estatal, pero sostenida por Dios. | Aliada con el poder imperial; se sienta sobre la bestia con siete cabezas (imperios). |
Resultado final | El remanente guarda los mandamientos de Dios y tiene el testimonio de Jesús. | Es desnudada, odiada y destruida por las mismas potencias que la exaltaron. |
📜 ¿Quién es la verdadera Iglesia apostólica según la historia?
A lo largo de los siglos, el cristianismo institucional imperial (Roma, Constantinopla) ha reclamado ser la “Iglesia apostólica” basándose en:
-
Su continuidad institucional ininterrumpida.
-
La sucesión episcopal romana (papado).
-
La participación en concilios ecuménicos y el desarrollo doctrinal acumulado.
Pero el testimonio de la historia y de la profecía bíblica nos muestra que:
1. ❌ La Iglesia imperial no guarda la fe apostólica original
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Cambió el día de adoración del sábado al domingo.
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Introdujo dogmas no bíblicos: transubstanciación, purgatorio, intercesión de María y los santos, infalibilidad papal.
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Se convirtió en perseguidora de los santos (Apoc. 17:6), ejecutando, censurando o exiliando a quienes guardaban la Palabra.
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Se alió con poderes imperiales y se sentó “sobre muchas aguas”, reinando sobre reyes.
Por tanto, esta Iglesia corresponde a la mujer ramera de Apocalipsis 17, no a la mujer pura de Apocalipsis 12.
2. ✅ La verdadera Iglesia apostólica es la del desierto (Apoc. 12)
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No tuvo esplendor político ni templos grandiosos, pero guardó los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.
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Sobrevivió en el desierto espiritual: como remanente fiel y marginado.
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Se manifestó a través de los siglos en movimientos como los valdeses, hugonotes, anabautistas, lollardos, paulicianos, y todos los creyentes que mantuvieron la Escritura como su única norma.
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Fue perseguida, silenciada y despreciada, pero nunca destruida.
Es sobre esta Iglesia —pobre, invisible, perseguida— que se cumple la promesa de Jesús:
“Las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18)
Cristo nunca prometió que una institución jerárquica con sede en Roma u Oriente prevalecería, sino que la comunidad viva de los que creen en Él, confiesan su nombre y obedecen su Palabra permanecería para siempre.
🔑 ¿Quiénes heredaron las llaves del reino?
“A ti te daré las llaves del Reino de los cielos…” (Mateo 16:19)
Muchos interpretan este texto como fundamento del papado, pero:
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Jesús no entregó llaves institucionales a una sucesión jerárquica, sino a los apóstoles como portadores del evangelio.
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La predicación del evangelio es la llave que abre el reino al que cree y lo cierra al que lo rechaza.
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Las llaves del Reino están hoy donde está el evangelio apostólico, no donde hay tronos o coronas episcopales.
Los herederos de las llaves son los que predican la salvación por la fe en Cristo, enseñan los mandamientos de Dios y proclaman el testimonio profético de Jesús (Apoc. 12:17).
🔁 ¿Quién tiene la verdadera sucesión apostólica?
Criterio apostólico | Iglesia imperial | Remanente fiel |
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Fundada sobre la doctrina apostólica | Mezcló la doctrina con filosofía, política e idolatría. | Mantuvo la fe en Cristo según el NT. |
Guardó los mandamientos de Dios | Cambió el sábado, persiguió la fidelidad bíblica. | Conservó los principios éticos y el Decálogo. |
Testimonio de Jesús | Lo sustituyó con mediadores, tradiciones y jerarquías. | Confesó a Cristo como único Salvador e intercesor. |
Obediencia al Espíritu | Prefirió la autoridad conciliar y política. | Fue guiada por el Espíritu Santo en medio del rechazo institucional. |
Amor por la Palabra | Censuró, prohibió y quemó las Escrituras. | Tradujo, estudió y predicó la Biblia en todo tiempo y lugar. |
La verdadera sucesión apostólica no es institucional ni ritual. Es espiritual, doctrinal y misionera, y pertenece a todos los que a través de los siglos:
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Han vivido por la fe.
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Han predicado la Palabra.
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Han obedecido los mandamientos de Dios.
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Han sufrido por Cristo sin renunciar a su nombre.
✅ Conclusión final
La Iglesia descrita en Apocalipsis 12 —la mujer vestida del sol, que huye al desierto, que es perseguida pero sostenida por Dios— es la verdadera heredera de la fe apostólica. Es la Iglesia invisible, dispersa, pero victoriosa, que jamás fue derrotada por el poder imperial ni contaminada por la corrupción religiosa.
En contraste, la Iglesia de Apocalipsis 17 —la gran ramera aliada con los reyes de la tierra— representa la iglesia institucional que se apartó del evangelio para unirse con el poder, y que, aunque aparenta reinar, está destinada a caer.
La historia y la profecía convergen para demostrar que la fidelidad no se mide por la grandeza externa, sino por la lealtad al Cordero.
“Aquí está la paciencia de los santos: los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Apocalipsis 14:12)
Referencias bibliográficas:
Fuentes primarias del siglo I:
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Biblia (NT): Evangelios, Hechos, Epístolas, Apocalipsis.
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Estudios académicos y patrísticos:
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Documentos patrísticos relevantes:
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- Ignacio de Antioquía (ca. 110): epístolas que reflejan la transición estructural y litúrgica
- Eusebio de Cesarea. Historia Eclesiástica, libros III–IV.
- Epifanio de Salamina. Panarion (Contra las herejías), Libros XXIX–XXX.
- Justino Mártir, Diálogo con Trifón.
- Ignacio de Antioquía, Carta a los Magnesios.
- Epístola de Bernabé.
- Orígenes. De Principiis, Comentarios.
- Cipriano de Cartago. Cartas y tratados.
- Tertuliano. Contra Praxeas, Apologeticum.
- Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiástica.
- Concilios de Nicea y Constantinopla: Actas y Credos.
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