¿Alguna vez has escuchado preguntas como éstas?:
-¿Cómo pudo Dios matar a todas las personas inocentes, y hasta a los niños, en el diluvio?
-¿Por qué enviaría Dios a Josué y los israelitas a Canaán para exterminar a los cananeos inocentes que vivían en la tierra?
-¿De verdad cree que un Dios amoroso enviaría a la gente a un infierno eterno?
Este punto de vista de Dios se conoce comúnmente en los medios
seculares, en los libros ateos, y así sucesivamente. Hay una afirmación
común de que el Dios del Antiguo Testamento (incluso en el Nuevo
Testamento) parece muy duro, brutal, y hasta malvado (1).
Una respuesta inicial a esta afirmación puede ser simplemente: "¿Cómo
puede el ateo o el inconverso decir que Dios es duro, brutal, y malvado
cuando niegan la Biblia, que es el libro que define lo que es duro,
brutal, y malvado?" Aún más, en las cosmovisiones ateas, materialistas y
evolucionistas, estas cosas no son ni buenas ni malas, porque no hay
Dios, en su opinión, para establecer lo que está bien o mal. Las mismas
personas que profesan creer en un punto de vista naturalista en que los
animales violan, asesinan y se comen a los de su propia especie son los
que atacan al Dios amoroso de la Biblia y tratan de llamarlo malvado (Isaías 5:20).
De hecho un Ateo se contradice al juzgar la brutalidad, la muerte, el asesinato como cosas inmorales ya que la evolucion en la que se basan para sostener el origen de la vida, es justamente un proceso mediante el cual la muerte, la brutalidad, la violencia y el dolor son la norma para el desarrollo, por lo que el juicio en si mismo es contradictorio.
Pero un vistazo más de cerca a esas afirmaciones contra el Dios de la
Biblia muestra que estas afirmaciones no tienen mérito. Afirmar que Dios
es malvado o duro es un ataque contra el carácter de Dios, y cada
cristiano debe estar preparado para tener una respuesta para este tipo
de ataques (1 Pedro 3:15).
La intención de muchos de los que hacen tales afirmaciones es hacer que
un Dios bueno se vea malvado con el fin de justificar su rechazo hacia
Él, Su Palabra, o hasta Su existencia. Pero si Dios realmente no existe y
la Biblia no es Su Palabra, entonces, los que atacan a Dios y Su
Palabra llamándolo duro y malvado no deberían siquiera preocuparse por
atacarlo. Al atacarlo, muestran que ellos saben que Él existe y que
simplemente reprimen ese conocimiento (ver Romanos 1:20–25).
Ellos tratan de justificar su rebelión contra Dios. Pocas personas con
las que he hablado se dan cuenta de que cuando atacan el carácter de
Dios, con el propósito de hacer un caso contra Su existencia, refutan su
propia posición.
Su refutacion se vuelve contra ellos ya que es imposible hacer juicio del caracter de algo si no existe, al atacar el caracter de Dios la logica de su argumento incluye un reconocimiento intrinseco de la existencia de Dios.
Algunos de los eventos en la Biblia que la gente comúnmente utiliza para
justificar la afirmación de que Dios es duro incluye eventos en
Génesis, como la caída del hombre, el diluvio y la destrucción de Sodoma
y Gomorra. Y luego proceden con los cananeos, los egipcios, los
benjamitas o hasta los inconversos en general (2).
Entonces Génesis parece ser un buen lugar para comenzar.
La caída: Adán y Eva
Con frecuencia la gente se pregunta cómo Dios pudo sentenciar a toda la humanidad a morir a causa del pecado de Adán y Eva. Adán y Eva conocían el castigo por el pecado (Génesis 2:17), pero ellos pecaron de todos modos, se fueron en contra del simple mandamiento de Dios. Adán pecó a sabiendas (1 Timoteo 2:14), por lo que él mismo provocó su castigo. Sin embargo, la mayoría de las personas no se dan cuenta de que toda la humanidad pecó en Adán, ya que estábamos en el cuerpo de nuestro ancestro cuando pecó (Hebreos 7:10). Debido al pecado de Adán, también recibimos una naturaleza de pecado y nosotros mismos pecamos (Romanos 5:12). Así que también morimos a causa del pecado, no somos diferentes a Adán y Eva. Sin embargo, debemos detenernos a considerar la bendición que se encuentra en medio de la maldición. Cuando Adán y la mujer pecaron, Dios ofreció la primera profecía de Jesucristo en Génesis 3:15. La maldición del pecado se borraría por la semilla de una mujer (el resultado de un nacimiento virginal) enviado a salvar a la humanidad. Ya se ofrecía un medio de salvación.
Dios no hubiese podido ser justo y respetar al mismo tiempo la libertad de eleccion, si no hubiese existido un medio por el cual Adan y Eva pudieran escoger la desobediencia; en algo tan sencillo como el arbol del conocimiento del bien y del mal (el arbol en si no tenia ningun poder "magico") se ofrecia a Adan y Eva la libertad de escoger su camino, no sin antes Dios advertirles lo que sucederia si escogian apartarse de El. Genesis 2:16:17
Además de esto, el primer hombre y la primera mujer deberían haber muerto en ese momento, pero Dios es paciente y les dio un "periodo de gracia", cubriendo su pecado mediante el sacrificio de animales (cuando Él hizo túnicas de pieles en Génesis 3:21) en su lugar; el pecado es castigado con la muerte, así que algo tenía que morir (Hebreos 9:22). Abel siguió este patrón (Génesis 4:4), al igual que Noé (Génesis 8:20), Abraham (Génesis 22:13), y los israelitas. Estos sacrificios de animales no fueron suficientes para eliminar los pecados (Hebreos 10:4); sólo un sacrificio sin pecado y perfecto, cumplido en la muerte de Jesucristo, podría hacerlo (Hebreos 4:15, 9:13-14). Fue el sacrificio de Cristo por sí solo lo que fue suficiente para cubrir los pecados de todo el mundo (1 Juan 2:2). El Hijo infinito murió para pagar la deuda por el castigo infinito de un Dios infinitamente Santo.
Entonces, hasta ahora ya hay dos bendiciones: un medio final de
salvación en Cristo y un periodo de gracia por el castigo debido al
pecado que se cubre en lugar de provocar la muerte instantánea. Pero hay
otra bendición que pocos pueden notar sin leer el resto de la Biblia.
Al haber sido condenado a morir, el hombre no se vería obligado a vivir
en un mundo maldito por el pecado por toda la eternidad, ¡esta es la
razón por la que el camino de acceso al árbol de la vida estaba
custodiado! (Génesis 3:22-24)
Al morir en este mundo maldito por el pecado con Cristo como Salvador,
uno hereda el nuevo cielo y la nueva tierra, que son restaurados a la
perfección, donde no hay maldición, muerte o sufrimiento por la
eternidad (Apocalipsis 21:4, 22:3) . La muerte no tendrá ningún aguijón (1 Corintios 15:53–56) para los que están en Cristo.
Así que en este caso, el hombre pecó y Dios actuó con justicia al
castigar el pecado, e incluso fue más allá al ofrecer tres bendiciones:
un periodo de gracia, un medio de salvación, y un lugar perfecto para
vivir una vida eterna sin pecado, muerte, o maldición. Imagínese si un
ladrón se presentara ante un juez y el juez dijera: "Usted ha violado la
ley por lo que se merece 50 años en la cárcel sin libertad condicional,
pero voy a darle un año de cárcel, y usted no tiene que comenzar a
cumplirlo hasta dentro de seis meses para que pueda poner sus asuntos en
orden. Después de un año, le voy a poner en libertad garantizada, y
encima de eso, le voy a comprar una casa de un millón de dólares y la
prepararé para usted." Parece extraño que la gente diga que el juez
sería duro y malo por sentenciar al ladrón a un año de cárcel. Pero lo
que sería aún más extraño sería que el ladrón negara el generoso
ofrecimiento.
El diluvio
A Dios se le ataca con frecuencia por matar a "todas las personas inocentes y hasta los niños" en el diluvio. De hecho, algunos han dicho específicamente: Pero los niños. . . ¿cómo pudo Dios matar a los niños pequeños? La respuesta: Si la tierra estaba llena de violencia y maldad, hace que uno se pregunte, ¿cuántos niños habrán estado vivos aún de todos modos? Después de todo, en la cultura de hoy, donde el mal tiene un punto de apoyo, son los niños los que parecen soportar el peso de tanta violencia (por ejemplo, cientos de millones de abortos). Incluso si aún quedaban algunos niños, Dios proveyó el arca. ¿Por qué se negaron los padres de esos niños a dejar que la abordaran? ¿Por qué insistieron en poner a sus hijos en peligro? Si alguien tiene la culpa, son los padres y los protectores que no dejaron que subieran al arca".Dios no podia obligar a los padres de los niños a subirlos al arca, como tampoco arrebatar a los niños de los brazos de sus padres, finalmente los padres eran los responsables de sus hijos, los hijos dependian de la voluntad de sus padres para salvarse.
¿Por qué culpar a Dios por algo cuando Él proporcionó un medio de salvación que los padres rechazaron? Imagínese si un hombre en un bote fuera a rescatar a una mujer y su hijo que están sobre un techo mientras las aguas de una inundación fueran en aumento. El hombre del bote les dice: "Por favor, suban y así podré salvarles"; y la mujer le contesta: "No, nos vamos a quedar porque yo no le creo". Entonces el hombre espera pacientemente e incluso trata de explicarle lo que pasará; sin embargo, ella continúa rechazándolo una y otra vez. El hombre en el bote incluso le pide que envíe a su hijo y ella todavía se niega y golpea al hombre para que se vaya. . . y, finalmente, se ahogan. ¿Es apropiado culpar al hombre del bote por la muerte del niño? Pero considere esto, juzgando Escritura por Escritura, que dice que nadie es verdaderamente inocente (Romanos 3:23), y finalmente todos morirán de todos modos, lo cual es una repercusión de nuestras propias acciones (1 Corintios 15:22; Romanos 6:23). En segundo lugar, ¿qué llevó tal juicio sobre las personas antes del diluvio?
¡Qué fuerte declaración! Toda intención y pensamiento era hacer el mal todo el tiempo. Imagine los asesinatos, las violaciones, los robos, los sacrificios de niños, el canibalismo, y así sucesivamente. Esto ocurría continuamente. Sin embargo, esto pasó por alrededor de 120 años (como máximo) antes del diluvio (Génesis 6:3). Así que Dios seguía siendo paciente, dando tiempo para el arrepentimiento y el cambio (1 Pedro 3:20). Dios incluso llamó a Noé para ser un predicador de justicia (2 Pedro 2:5), pero la gente aún se negaba a escuchar y continuó en sus malos caminos.
¡Dios hasta les ofreció un camino de salvación! Él proporcionó un arca a través de Noé y su familia y, sin embargo, los demás no llegaron. Solo la familia de Noé fue salvada (2 Pedro 2:5). Los medios de salvación, la predicación de la justicia y la paciencia de Dios estaban allí, pero todos los demás se negaron y recibieron su juicio.
Los Antediluvianos se entregaron a una idolatría abominable. Se tornaron violentos y feroces, y tan corrompidos, que Dios no pudo soportarlos durante más tiempo. Su copa estaba rebosante de iniquidad, de modo que Dios limpió la tierra de su contaminación moral mediante un diluvio. A medida que los hombres se multiplicaban después del diluvio, se olvidaron de Dios y se corrompieron delante de él. Toda forma de intemperancia aumentó en gran medida. (3)
Al principio, pareció que muchos recibirían la advertencia; sin embargo, no se volvieron a Dios con verdadero arrepentimiento. No quisieron renunciar a sus pecados. Durante el tiempo que precedió al diluvio, su fe fué probada, pero ellos no resistieron esa prueba. Vencidos por la incredulidad reinante, se unieron a sus antiguos camaradas para rechazar el solemne mensaje. Algunos estaban profundamente convencidos, y hubieran atendido la amonestación; pero eran tantos los que se mofaban y los ridiculizaban, que terminaron por participar del mismo espíritu, resistieron a las invitaciones de la misericordia, y pronto se hallaron entre los más atrevidos e insolentes burladores; pues nadie es tan desenfrenado ni se hunde tanto en el pecado como los que una vez conocieron la luz, pero resistieron al Espíritu que convence de pecado. (4)
Grandes hombres del mundo, honrados y sabios, repitieron lo mismo. “Las amenazas de Dios—dijeron—tienen por fin intimidarnos y nunca se realizarán. No debéis alarmaros. Nunca se producirá la destrucción de la tierra por el Dios que la hizo ni el castigo de los seres que él creó. Podéis estar tranquilos; no temáis. Noé es un descabellado fanático.” El mundo se reía de la locura del iluso anciano. (4)
El mundo antediluviano razonaba que las leyes de la naturaleza habían sido estables durante muchos siglos. Las estaciones se habían sucedido unas a otras en orden. Hasta entonces nunca había llovido; la tierra había sido regada por una niebla o el rocío. Los ríos nunca habían salido de sus cauces, sino que habían llevado sus aguas libremente hacia el mar. Leyes fijas habían mantenido las aguas dentro de sus límites naturales. Pero estos razonadores no reconocían la mano del que había detenido las aguas diciendo: “Hasta aquí vendrás, y no pasarás adelante.” Job 38:11.(4)
Razonaron, como muchos lo hacen hoy, que la naturaleza está por encima del Dios de la naturaleza, y que sus leyes están tan firmemente establecidas que el mismo Dios no podría cambiarlas. Alegando que si el mensaje de Noé fuese correcto, la naturaleza tendría que cambiar su curso, hicieron que ese mensaje apareciera ante el mundo como un error, como un gran engaño. Afirmaban que si fuese cierto lo que Noé había dicho, los hombres de fama, los sabios, los prudentes y los grandes lo habrían comprendido.(4)
Como acotación aparte, la afirmación de los niños que murieron en el diluvio siempre ha sido de interés, sobre todo cuando los escépticos y ateos tocan el tema. La hipocresía es sorprendente ya que estos escépticos y ateos generalmente apoyan el asesinato de bebés, como hemos visto en el debate sobre el aborto. Si la gente realmente era mala y sus pensamientos eran hacer el mal todo el tiempo, entonces el aborto, el asesinato de niños y el sacrificio de niños probablemente eran algo común y corriente. La desobediencia a Dios probablemente significaría desobedecer el mandato de Dios para ser fecundos y multiplicarse (Génesis 1:28). Resistirse a este mandato daría como resultado reducir drásticamente la cantidad de niños, por lo que uno podría preguntarse si había muchos niños alrededor en el momento del diluvio. El propio Noé no tuvo hijos hasta que tenía 500 años de edad (lo cual lleva a considerar el punto de vista de que los niños pueden haber sido pocos y distantes entre sí en estos días). Aun así, los niños son pecadores y también pueden tener intenciones y pensamientos malvados (Romanos 3:23). Hoy en día, por ejemplo, vemos a niños matando a otros niños en la escuela, niños ladrones, violación entre niños y así sucesivamente. Pero si los niños y los bebés no llegaron al arca (el medio de salvación en ese momento), ¡¿de quién es la culpa sino de sus propios padres o protectores que se negaron a dejarlos?! Entonces, ¿por qué culpar a Dios cuando Él les ofreció un medio para salvarse?
Sodoma y Gomorra
En Génesis 18:20–33, el Señor le reveló a Abraham que Sodoma y Gomorra habían pecado en gran manera. Su maldad no fue revelada en su totalidad, pero estamos conscientes de sus actos de sodomía (más adelante en el capítulo) que se habían apoderado de sus acciones lo suficiente para cometer violaciones. Abraham preguntó si Dios destruiría al justo con el impío. Le preguntó al Señor si los perdonaría si hubiera 50 justos; dijo que sí. Le preguntó al Señor si los perdonaría si hubiera 40 justos; dijo que sí. Le preguntó al Señor si los perdonaría si hubiera 30 justos; dijo que sí. Le preguntó al Señor si los perdonaría si hubiera 20 justos; dijo que sí. Le preguntó al Señor si los perdonaría si hubiera 10 justos; dijo que sí.
Esto revela lo malvada y pecaminosa que era la gente. No tenían excusa y el juicio finalmente llegaría. Esto también revela algo interesante sobre el diluvio. Si Dios iba a perdonar a Sodoma y Gomorra por solo 10 personas justas, entonces, ¿le hubiera dado Dios una oportunidad a la tierra por solo 10 personas justas antes del diluvio? Parece que así fue. Es posible que Matusalén y Lamec, el padre y el abuelo de Noé, pudieran haber sido unos de los 10 (junto con Noé, su esposa, y sus tres hijos y sus esposas). Por supuesto que es posible que pudiera haber habido otros que también eran justos, hasta el momento del diluvio. Pero en el momento del diluvio, podemos suponer que solo había ocho (Matusalén y Lamec habían muerto poco antes del diluvio).
Lot y su familia eran menos de 10 en Sodoma y Gomorra (Lot, su esposa, sus dos hijas y sus dos yernos solo eran seis). Sin embargo, Dios proveyó un medio de salvación para ellos por medio de los ángeles que les ayudaron a llegar a un lugar seguro.De hecho Lot mismo busco a los famliares de su esposa y a sus amigos cercanos para advertirles de lo que iba a sucederle a las ciudades, ¿Como respondieron ellos? Se burlaron de Lot. Dios hubiese salvado las ciudades si al menos 10 personas se hubieran arrepentido pero de acuerdo al relato biblico aun el mismo Lot se encontraba tan arraigado a la ciudad que los angeles lo obligaron a abandonarla.
¿Había niños en Sodoma y Gomorra? La Biblia no lo revela, y el comportamiento depravado era desenfrenado, por lo que no pudo haber habido muchos niños, si es que los había. Puesto que Dios dejó claro que ni siquiera 10 personas eran justas en la ciudad, entonces hasta los niños (si los había) eran extremadamente pecaminosos. Pero como todas estas situaciones, si los niños, los padres o los protectores se negaron a dejar que tuvieran salvación y justas enseñanzas, ¿de quién es la culpa? No es culpa de Dios, quien les proporcionó una salida, sino de aquellos que reprimieron la verdad.
Dios fue justo y le dio a la gente de Sodoma y Gomorra, y las cinco ciudades de la llanura, lo que pidieron (su merecido castigo). Ellos querían una vida sin Dios y Su bondad. . . y Dios se los concedió.
Los egipcios
En este caso, Dios usó a Moisés y Aarón (Éxodo 5-15) para juzgar a los egipcios por la maldad que infligían a los israelitas por medio de una dura esclavitud (Éxodo 1:8–14), asesinando a sus hijos (Éxodo 1:22), etcétera. Dios envió muchas plagas y desastres a la tierra porque faraón siguió pecando y la nación de Egipto lo siguió en su pecado. Culminó con la muerte de los primogénitos en Egipto, a pesar de que este juicio podría haber sido fácilmente evitado si el faraón hubiera escuchado y hubiera liberado a los israelitas de la opresión; por lo tanto, la sangre está sobre la cabeza del faraón. Incluso el deceso del faraón y de su ejército estaba sobre su propia cabeza, no fue culpa de Dios. De hecho, cada plaga fácilmente podría haber sido evitada si el faraón hubiera respondido a lo que Dios le había dicho por medio de Moisés y Aarón. Así es que, se le dio un medio de salvación de las plagas, pero el faraón y los egipcios lo rechazaron.
Desde antes de enviar la primera plaga Dios le solicito a Faraon que dejara ir a Israel, y asi evitaria que el mismo (Dios) interviniera en la liberacion su su Pueblo, pero el Faraon arrogantemente respondio : "¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? Yo no conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel." Exodo 5:2
Los cananeos
En cuanto a que Dios usa a la gente para hacer Su voluntad, esto no
es nada nuevo, como lo vimos con Moisés y Aarón, y los egipcios. Dios
usó a gente para construir un arca, Su templo, y así sucesivamente. Dios
usó a jueces y reyes para proteger de ataques y hacer justicia, entre
otras funciones. Así que el concepto no es nada nuevo. Con los cananeos,
Dios usó a los israelitas para promulgar Su juicio bajo el liderazgo de
Josué.
¡Los cananeos estaban lejos de ser inocentes! Dios fue paciente con
ellos mientras continuaban en su pecado. Entre las tribus cananeas
cuando Josué invadió estaban los amorreos cuyo pecado fue profetizado a
Abraham. Abraham recibió la profecía de que el pecado de los amorreos no
había alcanzado su plena medida (Génesis 15:16).
Durante este tiempo, Abraham conoció a Melquisedec, sacerdote noble y
real en la tierra de Canaán. Pero el ministerio de Melquisedec sin duda
tuvo una influencia en los cananeos ya que tomó varios cientos de años
antes de que su pecado se apoderara de ellos. Si hubieran seguido
escuchando lo que él les enseñó, probablemente no habrían estado en esa
situación.
Cuando Josué entró en la tierra de Canaán, el pecado de los amorreos había llegado a su plena medida y ya era hora del juicio. Levítico 18:2–30
señala los horrendos crímenes que estaban pasando en la tierra de
Canaán. Ellos estaban teniendo relaciones sexuales con sus madres,
hermanas y así sucesivamente. Los hombres estaban teniendo relaciones
sexuales con otros hombres. Estaban dando a sus hijos para ser
sacrificados a Moloc (vs. 21). Estaban teniendo sexo con animales (vs. 23). Así que es imposible hacer la afirmación de que esas tribus eran inocentes y no merecían el castigo.
En las abominaciones de los cananeos,
el Señor presentó a Israel los resultados que tiene la comunión con los
espíritus malos; eran sin afectos naturales, idólatras, adúlteros,
asesinos y abominables por todos sus pensamientos corrompidos y
prácticas degradantes. Los hombres no conocen su propio corazón; pues
“engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso.” Jeremías 17:9. Pero Dios sabe cuáles son las tendencias de la naturaleza depravada del hombre.(5)
Pero uno no puede descuidar el hecho de que los niños también pecan.
Como fue señalado anteriormente, en la actualidad hay niños matando a
niños, niños robando, niños violando, y así sucesivamente. Así que la
inocencia de los niños es una farsa. De hecho, si ellos sacrificaban a
sus niños, ¿cuántos niños habrán estado vivos cuando Josué entró en la
tierra prometida de todos modos?
En Jericó, tanto los jóvenes como los mayores iban a ser destruidos (Josué 5:13–6:21),
por lo que al menos Jericó tenía jóvenes. Sin embargo, Jericó también
es el lugar en el que Cristo mismo apareció como una teofanía para
liderar a Josué en la batalla. Jericó debe haber sido muy malo como para
justificar una aparición física de Cristo para derramar juicio sobre
ellos. ¡Tal vez todos los pecados mencionados en Levítico 18 pasaban
allí también! Sin embargo, hasta en Jericó, hubo un medio de salvación
ya que se salvaron Rahab y su familia. A ella hasta se le puede
encontrar en el linaje de Cristo (Mateo 1:5).
El conocimiento de Jehová que así había llegado a ella, resultó su salvación. Por la fe, “Rahab la ramera no pereció juntamente con los incrédulos.” Hebreos 11:31.
Y su conversión no fué un caso aislado de la misericordia de Dios hacia
los idólatras que reconocían su autoridad divina. En medio de aquella
tierra, un pueblo numeroso, el de los gabaonitas, renunció a su
paganismo, y uniéndose con Israel participó en las bendiciones del
pacto.(6)
Los benjamitas
Los benjamitas también se lo buscaron (Jueces 19:22-25, 20:13)
y se fueron del lado de los malvados. Así que nadie puede afirmar que
los benjamitas eran inocentes tampoco. Tristemente, los benjamitas
sabían las consecuencias de sus acciones antes de pecar. Eran israelitas
por lo que no tenían excusa para no saber lo que escribió Moisés. Fue
un error de su parte, pero optaron por pecar deliberadamente (Levítico
18, especialmente los versículos 26–30). También se lo buscaron.
Si los benjamitas se hubieran arrepentido, el Señor los habría
perdonado. Los israelitas tenían amplios medios de sacrificio para
cubrir el pecado y expulsar a los malvados entre ellos. Sin embargo, los
benjamitas rechazaron este medio de salvación y pecaron contra Dios.
Los no cristianos
Al hablar de la salvación eterna en Cristo con los no cristianos, con
frecuencia preguntan: ¿De verdad cree que un Dios amoroso enviaría a la
gente a un infierno eterno? La respuesta es: ¡Solo si pecan! Y la
realidad es que todos hemos pecado, todos estamos destituidos de la
gloria de Dios (Romanos 3:23).
Lo fascinante es que no pasarán la eternidad en el infierno, porque el infierno como un lugar de tormento no existe. La Biblia enseña que el infierno es el castigo final donde Satanás, sus ángeles y las personas que escogieron creerle a él seran destruidos para siempre.(Malaquias 4:1; Job 24:20)
Todo el mundo merece ese castigo, incluyéndome a mí, pero Dios ha
provisto un medio de salvación tal como lo hizo en las situaciones del
Antiguo Testamento descritas anteriormente. Si uno se niega a recibir
esta salvación, ¿se puede culpar a Dios?
Hay un solo Dios; Él es el Dios del Antiguo Testamento y del Nuevo
Testamento, a pesar de que algunos tratan de sugerir que hay diferentes
presentaciones. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, la
gente tuvo la oportunidad de regresar a una relación correcta con Él por
medio del arrepentimiento, pidiendo perdón por sus pecados y recibiendo
a Cristo como su Señor y Salvador (7)
En ambos Testamentos, Dios juzga el pecado. La misericordia y la
paciencia se debían encontrar por medio de los recursos que dio Dios:
Noé, con su predicación durante años; y Abraham, con su súplica por
Sodoma y Gomorra (hasta Lot instó a la gente a no ser tan mala); al
igual que la misericordia y la paciencia están todavía disponibles hoy (Juan 7:37-38).
Y Él ha proporcionado un medio de salvación en Jesucristo (1 Pedro 3:18),
al igual que el arca en el diluvio y los ángeles que instaron a Lot y a
su familia a huir de Sodoma y Gomorra. Nadie puede culpar a Dios por no
proporcionar una alternativa misericordiosa ni pueden llamarlo
"malvado" por proporcionar la justicia contra el pecado.
Conclusión
Naturalmente, hay un montón de otros ejemplos en las Escrituras donde
se aplican estos mismos principios. Considere la analogía de una
persona que roba y se ve atrapada. Cuando se para ante el juez, el juez
la encuentra culpable y le impone una multa. Pero entonces el juez
ofrece pagar la multa. En lugar de aceptar, ¡el ladrón lo rechaza y le
echa la culpa de todo el lío al juez que actuó con justicia e incluso le
ofreció una salida!
Esto es realmente lo que está sucediendo en la cultura actual. Los
humanos pecan y se ven atrapados. La gente es declarada culpable por un
Dios Santo. Dios interviene y ofrece un medio de salvación para el
castigo por el crimen (que es la muerte eterna), y hasta muere en lugar
de ellos para que puedan tener vida eterna. Sin embargo, a pesar de todo
esto, ¡los pecadores le dicen que no a Dios y luego proceden a echarle
la culpa a Él de la situación en la que están! Simplemente no tiene
sentido.
En resumen:
Todos somos pecadores bajo la pena de muerte (Romanos 3:23).
Pero se recalca que Dios ha provisto un medio de salvación en Cristo.
Sería bueno que la gente se diera cuenta de que deben odiar el pecado (Romanos 12:9) y amar a Dios (Deuteronomio 6:5) que actúa con justicia contra el pecado (2 Tesalonicenses 1:5–10). Sin embargo, Él ofrece abundante misericordia a los que le aman (Éxodo 20:6; Deuteronomio 7:9; Efesios 2:4). Por favor, considérelo, si aún no lo ha hecho.
Dios odia el pecado porque el pecado destruye a sus criaturas, debe destruir el pecado pero para eso sus criaturas deben ir a él con el fin de que Dios sea el que elimine el pecado, al final Dios tendra que eliminar todo el pecado y no podrá eliminarlo de los que no fueron a él por esta razón, los que rechazan la invitación de salvación terminan siendo destruidos.
Notas al pie
- .Por ejemplo, el ateo Richard Dawkins escribió que el Dios del Antiguo Testamento es, "sin duda el personaje más desagradable de toda la ficción: celoso y orgulloso de ello; un controlador mezquino e injusto que no perdona; un acosador misógino, homofóbico, racista, infanticida, genocida, filicida, pestífero, megalómano, sadomasoquista y caprichosamente malévolo". Richard Dawkins: The God Delusion [El espejismo de Dios]. (Boston, MA: Houghton Mifflin Co., 2006), p. 31.
- .Por supuesto, hay otros casos que se pueden encontrar en las Escrituras en que las personas pueden tratar de reclamar que Dios es duro, brutal o malvado, pero estos ejemplos deberían ser suficientes para responder a este tema en particular.
- White, Ellen, Mensajes Selectos, tomo 2, pag 476
- White, Ellen, Historia de los patriarcas y profetas, pag 82-84
- White, Ellen. Historia de los patriarcas y profetas, pag 744
- White, Ellen. Profetas y Reyes, pag 274
- Aunque los que estaban vivos antes de la época de Cristo no sabían Su nombre, sí sabían de la venida del Mesías, como fue profetizado en Génesis 3:15 y muchos otros lugares. Su salvación del pecado fue asegurada por su fe en la obra que Él haría en la cruz.
- Publicacion basada en : Answers in Genesis.
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